El senador Miguel Turbay, quien ahora se encuentra luchando por su vida tras un atentado en Bogotá, creció admirando y anhelando el amor de su madre, la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 a manos de ‘Los Extraditables’, bajo el mando del narcotraficante Pablo Escobar.
Cuando Miguel tenía solo 4 años, vio por última vez a su madre cuando Turbay se disponía a viajar al Magdalena Medio en agosto de 1990, donde se suponía se encontraría con el cura Manuel Pérez, quien militaba como jefe del ELN, para una entrevista. La periodista era la directora de la revista Hoy x Hoy y del noticiero de televisión Criptón.
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El también precandidato presidencial contó al programa Desnúdate con Eva el pasado mes de septiembre los detalles de su último abrazo con su mamá. “Yo a mi mamá la dejo de ver cuando tengo 4 años y medio, me acuerdo perfecto el día que la vi. Yo de mi mamá no tengo muchos recuerdos, pero el recuerdo que tengo presente es el día que ella me alza, me da un beso y se despide. Yo esperaba que en tres días volviera y nunca volvió”, relató.
Turbay, junto con el equipo periodístico que la acompañaba, cayó en manos de Los Extraditables bajo engaños. El grupo fue secuestrado en una finca de Copacabana, Antioquia. En ese entonces, Pablo Escobar buscaba presionar al Gobierno Nacional y derogar el tratado de extradición.
Para la tarde del 25 de enero de 1991, tras cinco meses de cautiverio, se llevó a cabo una operación de rescate, donde en medio del fuego cruzado entre los secuestradores y el Ejército, a Diana la alcanzaron las balas.
Con tres graves heridas, la periodista e hija del expresidente Julio César Turbay Ayala, falleció en menos de dos horas tras ser ingresada al Hospital General de Medellín.
El senador, quien ha llevado de cerca el recuerdo de su madre en su carrera política, habló sobre ese momento cuando su papá le dijo que su madre estaba muerta. “Yo dormía con mi papá todas las noches, tenía 5 años. Mi papá no se levantaba, esa mañana yo pensé incluso que se había muerto porque no se movía, yo siento que era ya tarde, medio día”.
“Ahora que tengo hijos entiendo el dolor de tener que decirle a su hijo que su mamá estaba muerta. Nos paramos y nos sentamos en el piso al lado de la ventana y de la cama, mi papá me dice tu mamá está muerta. Primero me pregunta, quieres ir al funeral y yo le digo que sí y me acuerdo, la vi en el ataúd y yo le dije papá, le puedo dar un beso y me dejaron darle un beso a mi mamá ahí en el ataúd”, dijo Uribe.
El senador relató lo que fue de su vida tras su pérdida. “Desde ese día me decían “No te preocupes que Dios se la llevó” Pues yo crecí con un odio y un resentimiento primero con Dios porque no entendía por qué me había quitado a mi mamá, pero por otro con mi mamá porque no entendía por qué se había metido a la boca del lobo”.
“Si crecí con un dolor que muy rápido se empezó a curar, por un lado, tuve la oportunidad de vivir con mi abuela. Mi abuela es absolutamente ejemplar, además de que es una mujer solidaria, generosa, amorosa, cree en Dios, tiene una fe absoluta y yo vi el proceso de perdón de mi abuela y eso para mí fue revelador”, aseguró.
Sobre este hecho, Gabriel García Márquez, en su reportaje Noticia de un secuestro, habló sobre la fallecida periodista. “Pensar que Diana desistiría de ese viaje era no conocerla. En realidad, la entrevista de prensa con el cura Manuel Pérez no debía interesarle tanto como la posibilidad de un diálogo de paz”.
