A los 38 años y condicionado por los problemas físicos, el uruguayo Edinson Cavani, uno de los máximos artilleros del siglo XXI, emprende una de las últimas aventuras de su carrera como líder de Boca Juniors en el Mundial de Clubes, donde el Xeneize debutará este lunes contra el Benfica.
“El objetivo de este club es siempre pelear por el título, como tiene que hacer Boca. La verdad es que esta competición genera mucha ilusión. Sabemos que representamos a un grandísimo club a nivel mundial y eso tiene un plus”, destacó Cavani sobre las expectativas del popular club argentino.
El Matador desembarcó en Boca ya en el otoño de su trayectoria, en agosto de 2023, y hasta el momento suma 25 goles en 67 partidos, en casi dos temporadas huérfanas de alegrías para el club azul y oro, con la llegada a la final de la Copa Libertadores 2023 como última actuación notable.
“Tenemos que tratar de asumir esa responsabilidad y disfrutar esta competición, que es la primera vez que se hace. Venimos con todas las ganas, trabajando bien. Sabemos que va a ser difícil, pero hay lindas expectativas”, agregó el uruguayo en la previa del certamen.
Cavani había expresado en varias ocasiones su deseo de jugar en La Bombonera, el mítico estadio de Boca, y de celebrar sus goles como lo hacía uno de sus ídolos de niñez y compatriota: el Manteca Sergio Martínez, recordado goleador xeneize de los años 90, trepado al alambrado, cara a cara con la hinchada.
Elogios y cuidados
“Es el mejor extranjero de todos los tiempos en el fútbol argentino”, lo ponderó Juan Román Riquelme, ídolo como futbolista y actual presidente de Boca.
“Edi está feliz en Boca. Nosotros siempre lo queremos tener adentro de la cancha, es una maravilla verlo defender esta camiseta, a él le gusta estar en esta institución”, agregó.
Sobre el futuro con la casaca de Boca, Riquelme dijo que no hay plazos.
“Cavani se va a quedar hasta cuando él quiera. Tenemos ganas de disfrutarlo mucho. Él está muy feliz y creo que en Uruguay lo saben. Sin duda que nos va a dar muchas alegrías”, dijo Riquelme sobre el delantero, que tiene contrato vigente hasta fines de 2026.
En lo que va de esta temporada sólo ha disputado una docena de partidos, con 2 goles y 2 asistencias.
Descartado ante Benfica
El artillero jugó su último partido hace tres semanas en la caída de Boca contra Independiente (0-1) en la Bombonera, que marcó la eliminación xeneize en los cuartos de final del torneo Apertura, un cotejo en el que sólo pudo actuar 33 minutos, sin estar recuperado a pleno de un desgarro en un gemelo.
Cavani todavía no se recuperó y está descartado para el estreno en el Mundial de Clubes ante el Benfica, aunque hay esperanza que sume minutos de acción contra Bayern Munich o Auckland City, los próximos rivales en el Grupo C.
“Hablamos mucho con él, es preferible esperar un día más a no tenerlo veinte días, es la manera de llevarlo, de menor a mayor”, argumentó el entrenador Miguel Ángel Russo sobre la situación del artillero.
Los problemas físicos acosaron al charrúa y le impidieron tener continuidad, aunque pudo mostrar destellos de la jerarquía internacional que le permitió estar varias temporadas en la élite mundial.
Una historia de gol
Nacido en Salto, Cavani es uno de los grandes nombres en la historia de la selección uruguaya, con 136 partidos disputados, 58 goles, 17 asistencias y un título en su palmarés: la Copa América de Argentina 2011.
Comenzó su carrera en Danubio, pero muy pronto emigró a Europa, con un periplo que inició en el Palermo italiano y prosiguió en Nápoles, con el que alzó una Copa Italia en 2012.
El Matador dejó una estela inigualable en el fútbol galo como artillero del PSG (2013-2020), con 200 goles y 43 asistencias en 301 encuentros, y una colección de títulos que abarcó seis campeonatos de la Ligue 1, cuatro Copas de la Liga francesa, cuatro Supercopas de Francia y tres Copas de Francia, además de acaparar varios trofeos individuales por su rendimiento.
En 2020 llegó a la Premier League para jugar en el histórico Manchester United, donde marcó 19 goles en dos temporadas.
Su paso por Europa concluyó en el Valencia de España, con un saldo discreto de 7 tantos en 28 partidos, antes de regresar a Sudamérica para cumplir un viejo anhelo —suyo y de Boca— al vestir la camiseta xeneize.