Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Nuevos datos revelan qué impulsa la pérdida de bosques en el mundo y por qué varía según la región

Un nuevo análisis del World Resources Institute y Google DeepMind muestra que no toda la pérdida forestal es igual: mientras en unas regiones los árboles se regeneran, en otras desaparecen para siempre.

  • La pérdida de bosques no ocurre igual en todo el mundo: mientras la agricultura permanente impulsa la deforestación en América Latina, en África predominan los cultivos migratorios y en Rusia los incendios. FOTO: Juan Antonio Sánchez
    La pérdida de bosques no ocurre igual en todo el mundo: mientras la agricultura permanente impulsa la deforestación en América Latina, en África predominan los cultivos migratorios y en Rusia los incendios. FOTO: Juan Antonio Sánchez
hace 22 minutos
bookmark

Gracias a los avances en inteligencia artificial y monitoreo satelital, el planeta cuenta por primera vez con un mapa global detallado de las causas de la pérdida de cobertura forestal, pues un nuevo conjunto de datos, desarrollado por el World Resources Institute (WRI) en colaboración con Google DeepMind, permite distinguir entre lo que se pierde temporalmente y lo que no volverá a crecer. Los resultados son contundentes: entre 2001 y 2024, el 34 % de la pérdida de cobertura arbórea en el mundo se debió a cambios permanentes en el uso del suelo. En las selvas tropicales primarias, ese porcentaje alcanzó el 61 %, lo que plantea un reto crítico para los objetivos globales de conservación del clima y la biodiversidad.

Lea también: Pérdida de bosques en Colombia se incrementó en 48,5 % entre 2023 y 2024

Los datos, disponibles en la plataforma Global Forest Watch, utilizan un modelo de IA que combina imágenes satelitales con datos biofísicos y poblacionales para clasificar los factores que impulsan la desaparición de los árboles. Esta nueva resolución, de un kilómetro cuadrado, permite ver diferencias regionales que antes pasaban desapercibidas y establecer prioridades de intervención. “Comprender qué impulsa la pérdida de cobertura forestal es clave para saber si es permanente o temporal; cuáles son los impactos para las personas, la naturaleza y el clima; y qué soluciones pueden mantener los bosques en pie”, señalan los autores del informe.

Entérese de más: Alarma por deforestación en la Amazonía: 88.808 hectáreas arrasadas en seis meses

De los 515 millones de hectáreas de árboles perdidos en ese periodo, 177 millones fueron consecuencia directa de la deforestación. Dentro de esa categoría, la agricultura permanente fue la causa dominante, responsable del 95 % de esa pérdida. Esto equivale a la desaparición de 168 millones de hectáreas de árboles, una superficie mayor que Mongolia. En las selvas tropicales, la situación es aún más crítica: allí, la deforestación por causas permanentes afectó a 50,7 millones de hectáreas, una extensión comparable al tamaño de Tailandia.

Sin embargo, el 66 % restante de la pérdida corresponde a causas temporales, lo que implica una dinámica forestal más compleja. Entre ellas se encuentran la tala selectiva o rotacional, la agricultura migratoria, los incendios forestales y las perturbaciones naturales. Estas prácticas no siempre implican deforestación permanente, pero pueden alterar gravemente el estado ecológico de los bosques, así lo advierte el informe: “Aunque los bosques pueden volver a crecer después de estas perturbaciones, pueden experimentar degradación o cambios en la estructura forestal y la composición de las especies”.

El análisis muestra también que las causas de la pérdida forestal varían enormemente por región. En América Latina y el sudeste asiático, la agricultura permanente es el principal impulsor, con un 73 % y un 66 %, respectivamente. En Bolivia, por ejemplo, el 57 % de la pérdida de cobertura arbórea se debió a la expansión de pasturas y cultivos como la soja, impulsada por incentivos gubernamentales y la demanda internacional.

En África, en cambio, la agricultura migratoria representa el 49 % de la pérdida, seguida por la agricultura permanente con un 43 %. En la República Democrática del Congo, esta forma de cultivo temporal ocasionó el 82 % de la pérdida total de árboles. Sorprendentemente, 6,4 millones de hectáreas se perdieron en bosques primarios que antes no formaban parte del ciclo agrícola, lo que revela una tendencia hacia un cambio de uso más radical.

Le puede interesar: Corporación ambiental propagó más de 80 especies de plantas en riesgo para combatir la deforestación en Antioquia

En los países boreales y templados, los incendios forestales dominan las estadísticas: representaron el 63 % de la pérdida en Rusia y Asia continental y el 57 % en Australia y Oceanía. En América del Norte, los incendios y la tala explican el 50 % y el 45 % de la pérdida, respectivamente. Aunque algunos ecosistemas necesitan del fuego para regenerarse, el cambio climático está alterando su frecuencia y severidad, comprometiendo la recuperación de especies clave. Rusia, por ejemplo, perdió 66 millones de hectáreas por incendios forestales en este periodo, es decir, el 74 % de toda su pérdida de cobertura arbórea.

En Europa, la tala comercial domina con claridad: representa el 91 % de toda la pérdida forestal, y en países como Suecia llega al 98 %. Aunque los árboles se regeneran tras la cosecha, este ciclo debe manejarse con cuidado para evitar la degradación del ecosistema.

El informe también destaca impactos desproporcionados de causas menos frecuentes. En Perú, la minería de oro —legal e ilegal— fue responsable del 28 % de la pérdida forestal en Madre de Dios, sobre todo en bosques primarios de alta biodiversidad. En Colorado, EE.  UU., los escarabajos de corteza y otras plagas naturales causaron la pérdida del 27 % de los árboles, y su interacción con incendios posteriores está alterando irreversiblemente la composición de los bosques.

Frente a esta diversidad de causas, los autores enfatizan que “no existe una solución única para eliminar la deforestación o gestionar sosteniblemente los bosques del mundo”. Las respuestas deben adaptarse a los contextos locales y considerar tanto la gobernanza como las dinámicas del mercado global. Para eso, concluyen, se necesita “una visión más clara de nuestro progreso hacia los objetivos globales de erradicación de la deforestación” y el compromiso firme de abordar las causas subyacentes con datos y voluntad política.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD