Las tensiones entre Estados Unidos y Colombia siguen aumentando, y el origen de este problema viene, de nuevo, de un trino publicado por Gustavo Petro en su cuenta de X. A las 6:48 p.m. del 11 de noviembre, el mandatario anunció que cortaría las relaciones con las agencias de comunicación e inteligencia de la potencia norteamericana, como represalia a los bombardeos en el mar Caribe y Pacífico.
Aquella medida seguiría los pasos del Reino Unido, que tomó la misma decisión en la mañana del mismo martes, según confirmaron fuentes de la cadena CNN.
Sin embargo, expertos en seguridad que hablaron con EL COLOMBIANO aseguraron que, en nuestro caso, Colombia terminaría siendo el país más afectado, pues la información que se aporta desde el país a los sistemas de inteligencia de Estados Unidos es muy poca. Pero, al contrario, la información que proviene de EE. UU. es bastante y resulta crucial.
Jorge Mantilla, PhD. en Criminología y Seguridad, experto en temas de inteligencia y conflicto, le explicó a este diario que si bien la medida puede leerse como la expresión de una postura fuerte y soberana por parte del presidente Petro, “termina siendo tremendamente ingenua en términos prácticos y poco efectiva”, aseguró.
Esto debido a que, en términos prácticos, “quien más pierde es Colombia, teniendo en cuenta que gran parte de los esquemas de cooperación de inteligencia de los que hace parte Colombia, como por ejemplo el grupo Egmont, o como por ejemplo el marco de cooperación de la OTAN, giran y están estructurados alrededor de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos”.
En contexto: La improvisación de Petro con Estados Unidos: ¿qué pasaría si expulsa al embajador McNamara?
El experto aseguró que, además de dejar de recibir información, la medida también alejaría a Colombia de un ecosistema hemisférico de comunicación en el que la potencia norteamericana lleva el mando gracias a que cuenta con mayores capacidades técnicas, tecnológicas y humanas y una experiencia en el campo de la inteligencia de mucha más larga trayectoria que otros países, incluido el nuestro.
La medida también significaría un retroceso en materia de confianza internacional, puesto que mientras otros países latinoamericanos como Ecuador y México se han esforzado en mejorar la cooperación, Colombia daría un paso a un lado.
“El país va a permanecer aislado de escenarios como el grupo Egmont, que es el marco de inteligencia financiera que trabaja de la mano con la UIAF; y también se va a detener la evolución e incursión de Colombia en esquemas de cooperación como los sistemas de vigilancia OTAN”, agregó Mantilla.