A los seis años, Jaqueline Martínez vio por primera vez un clarinete en un concierto de la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia. Fue en ese instante que decidió que quería ser clarinetista.
Hoy está empacando maletas para iniciar una nueva etapa como estudiante becada de maestría en Manhattan School of Music, uno de los principales conservatorios de música del mundo para música clásica y jazz. Allí será parte del estudio del maestro Charles Neidich, considerado una leyenda del clarinete.
“Ser aceptada para hacer parte del estudio de clarinete del maestro Charles Neidich ha sido un honor enorme y una oportunidad que valoro profundamente”, cuenta Jaqueline a EL COLOMBIANO.
Le puede interesar: No todo es reguetón: Andrea Cruz trae la música de Puerto Rico a Medellín
La joven que nació en una de las veredas del municipio de Girardota, al norte del Valle de Aburrá, estará bajo el ala de Neidich, compositor y director estadounidense de renombre internacional. “Al saber que enseñaba en Manhattan School of Music, sentí que era el lugar indicado para seguir creciendo y supe que debía intentarlo”, dijo la clarinetista sobre su proceso de postulación a la escuela.
Algunos de quienes serán sus profesores también son miembros de la Filarmónica de la Ciudad de Nueva York, la Ópera Metropolitana y la Orquesta de Jazz del Lincoln Center. El conservatorio está calificado después de la prestigiosa Escuela Juilliard y del Curtis Institute of Music.
De niña, su primer acercamiento musical fue con la bandola, en el colegio. A los diez años ya participaba en el Festival de Música Andina Mono Núñez que se realiza en el Valle del Cauca y mientras tanto estudiaba clarinete en la casa de la cultura del municipio.
Jaqueline pasó por las aulas de la Universidad de Antioquia, donde hizo desde el preparatorio en música hasta el pregrado.
“Ese fue el punto de partida formal de mi camino como clarinetista (...) la universidad fue ese primer espacio donde comencé a explorar de manera más consciente lo que era la música clásica, y a abrir mi mentalidad a nuevas posibilidades, influencias y formas de entender el arte”, dice.
Desde entonces ha llevado su talento a la Orquesta Filarmónica de Medellín, la Banda Sinfónica Juvenil de Colombia, la Orquesta Iberacademy y la Orquesta EAFIT.
Fuera del país, participó en Los Ángeles en un encuentro de músicos bajo la dirección del maestro venezolano Gustavo Dudamel. “Fue una experiencia inolvidable tocar en el Hollywood Bowl, compartir con grandes profesores y artistas, y representar a Colombia en un evento que celebra la capacidad de la música para transformar vidas”, recuerda.
Lea más: J Balvin hará parte del show de medio tiempo de la final del Mundial de Clubes
Postularse a la Manhattan School of Music fue un proceso de audición riguroso. Según explica Jaqueline, “la beca que otorga Manhattan School of Music se basa en el mérito artístico y se concede únicamente a algunos estudiantes según su desempeño. Para la primera ronda preparé un repertorio que incluía obras contrastantes de distintos periodos y estilos: conciertos para clarinete y orquesta, fragmentos orquestales, estudios y obras para clarinete solo”.
Por lo tanto, preparó música de compositores como J.S. Bach, Spohr, Cavallini, Stravinsky, Paquito D’Rivera, Rachmaninov, Ginastera, Kodály, Lavista. Allí, evaluaron su “historia personal como músico, la excelencia académica, la capacidad de escritura, el nivel de inglés, autenticidad y compromiso artístico. Es un proceso integral y riguroso, en una institución que busca estudiantes con un alto nivel en todas las dimensiones: técnica, musical, intelectual y humana”, expresó la antioqueña.
Además, consultada sobre el contexto político que enfrentan los estudiantes internacionales en Estados Unidos por el endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump, Jaqueline dice que está trabajando para “cumplir todos los requisitos y asegurarme de tener todo en regla”.
“Creo que ser transparente, organizada y perseverante es la mejor forma de asumir este tipo de trámites, y confío en que podré llegar a tiempo para comenzar este proyecto”, afirma.
Viajará en agosto para comenzar clases en otoño. Dice que su intención es que “este proceso formativo también se convierta en una vía para retribuir y compartir lo que he recibido, aportando al desarrollo artístico y cultural de mi país”.
