La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) prendió las alarmas: el caracol gigante africano, una especie invasora que parece inofensiva a simple vista, ha empezado a tomarse el territorio.
Las recientes lluvias facilitaron su reproducción y expansión, y ya se ha detectado en el 35% de los municipios bajo jurisdicción de la CAR.
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Son 38 municipios, en su mayoría en las regiones de Alto Magdalena, Gualivá, Tequendama y Sumapaz, donde se ha vuelto protagonista de patios, jardines, parques y hasta paredes.
Este molusco no solo es un riesgo para la biodiversidad y la agricultura, sino también para la salud pública, ya que puede transmitir enfermedades a los humanos.
Se reproduce como plaga y destruye lo que encuentra
El caracol gigante africano Achatina fulica es un superdepredador de la vegetación. Se alimenta de más de 800 especies de plantas, ataca troncos, cortezas y cultivos, y hasta consume residuos y materiales inorgánicos, como pintura o concreto, lo que daña la infraestructura rural.
Pero lo más alarmante es su velocidad de reproducción. Es hermafrodita y puede poner hasta 400 huevos por ciclo, tres veces al año.
Desde los cinco meses de vida, ya está listo para reproducirse y su expectativa de vida, de entre 6 y 9 años, le permite dejar miles de crías, desplazando especies nativas y complicando el control de su propagación.
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En épocas secas se entierra para protegerse, pero con la llegada de las lluvias vuelve a salir en masa, sobre todo en climas cálidos entre los 0 y 1.500 metros sobre el nivel del mar.
La CAR, especialmente su dirección regional Alto Magdalena, puso en marcha una campaña de sensibilización y limpieza en zonas críticas.
“Vamos a intervenir antejardines, patios, zonas verdes, parques y lugares con acumulación de escombros o aguas lluvias”, explicó Camila Velásquez, directora regional, quien pidió reportar la presencia del animal a las autoridades ambientales.
Velásquez subrayó que la eliminación del caracol debe hacerse de forma técnica: “No se trata de aplastar y ya. Hay que seguir los protocolos establecidos por el Ministerio de Ambiente para no generar un problema mayor ni poner en riesgo la salud”.
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¿Puede enfermar a los humanos?
Sí. Aunque parezca inofensivo, el caracol gigante africano puede ser portador de parásitos peligrosos que afectan el sistema nervioso central y el digestivo.
Estos organismos se transmiten por contacto con la baba del animal o por ingerir alimentos contaminados. Por eso, no debe manipularse sin protección y mucho menos dejarse cerca de alimentos.
Desde 2011, la resolución 654 del Ministerio de Ambiente autoriza la captura y el control de esta especie invasora. La CAR recordó que los ciudadanos pueden reportar su presencia en viviendas o terrenos y que no deben intentar exterminarlos por su cuenta.
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¿Qué hacer si ve uno?
No lo toque con las manos desnudas.
No lo aplaste ni lo queme.
Repórtelo de inmediato a su autoridad ambiental local.
Evite que los niños o mascotas tengan contacto con él.
Lave muy bien frutas y verduras si están expuestas en jardines o huertas.