A una semana del atentado a bala que tiene en estado crítico al senador Miguel Uribe Turbay, se conocen nuevos detalles sobre la estructura criminal detrás del ataque de mano del menor de edad que accionó el arma contra el también precandidato presidencial.
El adolescente de 15 años de edad reconstruyó lo sucedido ese pasado sábado 7 de junio en el barrio Modelia, en el occidente de Bogotá.
El joven, quien había resultado herido durante la persecución policial y ahora está bajo custodia de las autoridades, comenzó a colaborar con la justicia desde ese mismo día en que fue capturado.
Su declaración fue recogida inicialmente en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Colombia, donde fue atendido por la herida de bala que sufrió en la pierna. Su relato fue revelado por la revista Semana.
Según habría dicho ante los investigadores, fue contactado por un hombre a quien identificó como “el patrón del barrio y el jefe de la olla”, para quien trabajaba como jíbaro.
A cambio de 20 millones de pesos, le habrían pedido que cumpliera con una “vuelta”, sin darle muchos detalles de a quién iba a asesinar. Durante su declaración ante las autoridades, el joven reveló que le habían prometido pagarle esta suma después de ejecutar el atentado.
“A mí me iban a matar en esa vuelta”, declaró el menor, convencido de que quienes lo enviaron sabían que no saldría con vida. Relató que tras disparar varias veces contra Uribe habría sido abandonado por sus cómplices en medio del caos. EL COLOMBIANO estuvo en el barrio del joven sicario y comprobó que se trata de una zona común y corriente de Bogotá pero azotada por la venta y consumo de drogas. Cerca de la casa del menor, cruzando la ribera de un humedal existe una olla que se dedica a este tipo de delitos. De hecho, fuentes de la zona le dijeron a este diario que allí existe una organización de tráfico y un gran jefe con un alias que algunos conocen.
Según su testimonio, tras escuchar los gritos de los testigos que se encontraban en el barrio Modelia, sus cómplices lo dejaron a su suerte.
Solo quedó él, corriendo con la pistola en la mano. Este hecho lo había comentado la fiscal general, Luz Adriana Camargo, horas después del atentado. “Hay temas que a mí me resultan llamativos, que el sicario no se desplazara en una moto, que es lo que normalmente sucede; que el sicario estuviera a pie, a mí me llama mucho la atención”.
El joven explicó que, en medio del caos que se desató tras accionar el arma Glock de calibre 9 milímetros, le habría dicho a los investigadores que “iba aturdido y lleno de adrenalina”. Incluso no se dio cuenta de que le habían disparado la pierna.
El presidente Gustavo Petro había anticipado otro detalle días atrás, cuando aseguró que el joven habló con ocupantes de una camioneta y, en medio de la espera, usó su celular para pedir que le consignaran por Nequi 3.500 pesos. De acuerdo con la investigación, ese dinero lo habría gastado en un helado. Y es que el joven rondó durante más de cuatro horas cerca de la zona del parque donde se perpetró el atentado.
Durante los interrogatorios, el adolescente habría insistido por la seguridad de su abuela. Su madre murió cuando era más joven y su padre nunca estuvo presente en su vida.
Actualmente, el menor se encuentra bajo custodia de la Fiscalía, mientras el otro principal señalado del caso, Carlos Eduardo Mora González, fue imputado por tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y utilización de menores en la comisión de delitos.
Mora González sería presunto coautor del ataque, afirmó el ente investigador al dar cuenta que el sospechoso realizó hace una semana labores de reconocimiento del lugar donde se cometió el atentado. Un día después habría presuntamente participado en la organización de la logística para perpetrar la acción criminal.
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El día del ataque al congresista, Mora González habría estado al interior del vehículo que se usó para entregar el arma al adolescente que la accionó contra el legislador, también allí se habría cambiado de ropa, de acuerdo a la versión del ente investigador.
Tras la recopilación de esta pruebas, por parte de los investigadores, el equipo de fiscales responsable del caso dijo tener “los elementos materiales probatorios, la evidencia física y la información legalmente obtenida a la fecha” para solicitar su arresto.
La Fiscalía señaló que le ha realizado dos interrogatorios al sospechoso, quien está privado de la libertad, y a dos personas que se presentaron ante ese órgano judicial de manera voluntaria, todo en el marco de la investigación, cuya coordinación quedó únicamente en manos de esa entidad.
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