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Oposición en crisis: 5 disputas amenazan la unidad de cara a la consulta antipetrista

Peleas simultáneas revelan las profundas fracturas entre los sectores de centro y derecha que buscan conformar una coalición opositora de cara a 2026. Pugnas y filtraciones amenazan la unidad. Radiografía.

  • Ante diferencias se dividen los sectores de centro y derecha de cara a las elecciones de 2026. Foto: Presidencia/Colprensa.
    Ante diferencias se dividen los sectores de centro y derecha de cara a las elecciones de 2026. Foto: Presidencia/Colprensa.
hace 7 horas
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Cinco frentes de batalla abiertos –y al rojo vivo– son evidencia de las dificultades, diferencias y aprietos que hoy dividen a sectores de centro y derecha de cara a las elecciones de 2026. Este virus no respeta a nadie, persiste en el Centro Democrático –una de las cabezas del eje–; se desarrollan en el Partido Conservador; florece entre el bloque de exgobernadores que reivindican las regiones; se recrudece entre aspirantes del calibre de Vicky Dávila y Abelardo de la Espriella, y adquiere nuevos matices entre figuras como Juan Manuel Galán y Sergio Fajardo.

Todo esto pasa justo cuando restan poco más de cuatro meses para las consultas interpartidistas y mientras los sectores de izquierda parecen estar más cohesionados en búsqueda de permanecer otros cuatro años en el poder. ¿Son conflictos si se quiere normales en plena época electoral? ¿o de fondo hay fisuras cada vez más visibles que impedirían la unidad?

“Hay sectores muy diversos. Por ello, es normal que las fisuras estén aumentando a medida que la coalición vaya ampliándose o teniendo más sentido. Hay unos personajes muy importantes. Esos conflictos son normales precisamente cuando estamos hablando de un espectro muy amplio”, explica el profesor Cristian Rojas, jefe del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana.

Sin embargo, advirtiendo que los diferentes partidos y personalidades son diversas, Rojas señala que la unión de los grupos en disputa aún parece difusa y bien podría concretarse en un escenario de segunda vuelta.

“Las peleas sí afectan, pero no de la misma manera. Hay unas que se resuelven más rápido, como la encuesta del Centro Democrático. Hay otras que van a esperar hasta marzo, como el caso de Vicky Dávila y Abelardo de la Espriella, pero podrían anticiparse decisiones. Incluso, algunas candidaturas podrían ceder y adherir a otras”, remata.

La tormenta creciente contrasta con la urgencia de varios sectores, declarados en oposición al Gobierno de Gustavo Petro, por llegar unidos a la consulta. Cómo superen las diferencias y a qué acuerdos lleguen será clave para lo que viene en 2026. Este es el panorama en cada frente.

Conservadores y las alertas por fuerzas “petristas”

En las toldas del Partido Conservador la pelea involucra a uno de sus máximos referentes: el senador Efraín Cepeda. No solo es uno de los dirigentes con mayor trayectoria en la colectividad, sino que, como presidente del Congreso (2024- 2025), se consolidó como una de las grandes figuras del antipetrismo. Bajo su batuta, por ejemplo, terminó naufragando la fallida consulta popular.

Sin embargo, el liderazgo de Cepeda –quien alzó la mano para ser el candidato de los godos– enfrenta hoy un adversario de quilates: el excontralor Carlos Felipe Córdoba. Al parecer, un sector del partido le coquetea y busca que el dirigente se inscriba como precandidato y rivalice con Cepeda.

El congresista alertó que por cuenta de esa movida –que implicó reabrir el periodo de inscripción de candidaturas–, los conservadores estarían “asediados por fuerzas petristas y por presiones impresentables” para dividirlos o fracturarlos. Al parecer, detrás de esa intentona estaría el senador paisa Carlos Andrés Trujillo, el mismo que en su momento adhirió en su albores al Gobierno Petro.

Incluso, este diario pudo establecer que dentro de las huestes conservadoras también hay cierta molestia con Cepeda luego de que presionó para que la cabeza de lista al Senado fuera el exsenador David Barguil, lo que causó descontento y preocupación. “Lo impuso y ahora protesta porque le pusieron competencia por la Presidencia”, dijo un congresista que habló bajo el anonimato.

Por ahora, Cepeda libra una lucha pública contra las directivas godas, mientras que otros sectores buscan disputarle poder.

La unidad del uribismo tambalea por candidato único

En el otrora disciplinado y cohesionado Centro Democrático hoy prima la incertidumbre y la división. Dos de los precandidatos más sonados, la senadora María Fernanda Cabal y el dirigente Miguel Uribe Londoño, se enfrascaron en un debate público alrededor de la legitimidad del proceso para escoger al candidato único que se medirá a otras fuerzas.

El origen de la disputa fueron los cuestionamientos que lanzó Uribe Londoño contra la firma encuestadora AtlasIntel, encargada –hasta este lunes que declinó– del proceso. En una carta dirigida al director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, denunció supuestos “sesgos” a favor de Cabal y llamó la atención por un conflicto de intereses, indicando que la “susodicha empresa” estaba haciendo desde hace meses “una encuesta en Colombia y que daba como ganadora a la senadora Cabal”.

Ante la controversia, la firma resolvió bajarse del proceso, advirtiendo “un riesgo reputacional en relación con nuestra imparcialidad”.

A su turno, Cabal alegó que detrás de los reparos estaría el estratega político de origen venezolano Lester Toledo, a quien señaló de sembrar la duda contra la firma brasileña. Por ello, advirtió que “asesores extranjeros” no pueden ‘imponer’ cuál será el método de selección dentro del uribismo.

El lío es que ahora el uribismo deberá buscar otra firma para realizar el sondeo – que estaba previsto para finales de mes–, mientras que el mandamás de la colectividad, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, enfrenta el desafío de poner la casa en orden y evitar que escalen las disputas.

La ‘fuerza de las regiones’ pierde cohesión

En medio de las dificultades y peloteras de la derecha, floreció un conflicto en un bloque que se consideraba consolidado. Aunque por meses parecieron cohesionados, los precandidatos Héctor Olimpo Espinosa, Juan Guillermo Zuluaga, Aníbal Gaviria y Juan Carlos Cárdenas, integrantes de La ‘Fuerza de las Regiones’, desnudaron sus diferencias.

La génesis de la disputa es por el mecanismo acordado para elegir al candidato único de esa facción de cara a la consulta de marzo. Por un lado, Espinosa instó a aplazar una encuesta con auditoría internacional que se había acordado hace meses, pidiendo revisar la metodología para garantizar claridad y legitimidad.

Por su parte, Zuluaga elevó un llamado a respetar las reglas de juego. “La confianza no se construye con atajos, sino cumpliendo la palabra”, reclamó Zuluaga, advirtiendo que, además de minar la legitimidad del proceso, un cambio en la metodología implicaría posponer las fechas para consultar a las cerca de 4.000 personas que elegirían al candidato.

El proceso debe arrancar el próximo 15 de noviembre y concluiría el 1 de diciembre. Por su parte, el exgobernador Héctor Olimpo Espinosa (Sucre) criticó que no se ha hecho lo suficiente para “posicionar esta causa en el corazón de los colombianos” y que no se han desarrollado los eventos regionales acordados.

“Llegamos a esta última semana sin claridad técnica en la encuesta, sin despliegue territorial colectivo y sin definición sobre la consulta interpartidista a la que concurriremos”. Por ello, el exmandatario instó a mover las fechas y que la encuesta se celebre el 30 de enero. El pulso por los tiempos dejaría al descubierto las costuras de la coalición.

Dávila y De la Espriella se disputan el mismo espacio

Desde hace semanas, los precandidatos Vicky Dávila y Abelardo de la Espriella –virales por sus pronunciamientos en redes, célebres por sus posiciones firmes y radicales en sus posturas–, han intensificado una puja alrededor de diferencias frente a Venezuela, la defensa de cuestionados personajes investigados por corrupción o, recientemente, por vínculos familiares o de amistad.

Hoy –a juzgar por los hechos y por un enfrentamiento cada vez más visceral y subido de tono–, los dos aspirantes que más encajan en el rol de outsiders no podrían caber en una misma consulta.

Al margen de los señalamientos de lado y lado, lo cierto es que la pugnacidad entre dos de los candidatos con mayor reconocimiento y alcance de la derecha podría terminar afectando los ánimos por consolidar un bloque de derecha.

Para el profesor Jorge Iván Cuervo, analista político e investigador de la Universidad Externado, tanto Dávila como De la Espriella se disputan un mismo espacio político que denominó “la derecha no uribista”, relacionada con una facción que, aunque simpatiza con el Centro Democrático, por ahora no está suscrita a ese sector.

En lugar de apostar por la unidad y tratar de convencer votantes desde la fraternidad y la cohesión, Cuervo advierte que ambos aspirantes han recurrido a la pugnacidad y el choque en búsqueda de espacios y respaldos en el mismo sector. “Dávila entiende que en este momento él es el rival político que le quita espacio. No es el centro, ni el candidato del Centro Democrático”, remata.

Gaviria abre grietas en la coalición de Galán y Fajardo

Otro frente en crisis es la coalición entre el Nuevo Liberalismo, MIRA y Dignidad y Compromiso.

Si bien por ahora se trata de una alianza pensada para las elecciones legislativas, sus dirigentes son conscientes que de allí podría surgir una plataforma de centro que podría medirse con otras fuerzas.

El origen del conflicto es quién será la cabeza de lista al Senado. Si bien desde semanas atrás se daba por hecho que sería el exministro Alejandro Gaviria, todo se vino al traste la semana pasada, cuando Juan Manuel Galán, director del Nuevo Liberalismo, invitó a a ocupar esa dignidad al jurista Mauricio Gaona, que al final declinó.

Ahora, la coalición parece quedarse sin el pan y sin el queso, pues ante el “desagravio”, Gaviria estaría contemplando bajarse de la coalición, donde también tienen participación pesos pesados como el exsenador Jorge Robledo –que busca volver al Congreso– y Sergio Fajardo, que le apuesta a llegar a la Presidencia. Sin embargo, ambos son enconados rivales de Gaviria.

El propio Galán reconoció que hubo “reparos” por la pertenencia del exministro al Gobierno Petro. Además, en las bases del MIRA –un partido cristiano–, también genera preocupación que sea un abierto ateo.

Según fuentes cercanas a Gaviria, “siempre dijeron que la cabeza de lista sería él, que escoger a esa dignidad era un derecho adquirido del Nuevo Liberalismo”, dijo una fuente.

Ahora, la coalición no solo busca a alguien que deje contentos a todos los sectores, sino que queda a prueba su fortaleza para poder consolidarse como bloque de cara a las elecciones presidenciales.

Lea también: Registraduría rechaza recurso de reposición de Quintero y ratifica que no puede inscribirse por firmas a las presidenciales

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