Las Fuerzas Militares de Colombia estarán a cargo de un oficial muy cercano al presidente Gustavo Petro y a los procesos de negociación con los grupos criminales, tras el reciente anuncio de los relevos en la dirección castrense.
La nueva cúpula la encabeza el general Hugo López Barreto, quien estará al frente del Comando General de las FF.MM. (venía de ser el subcomandante); su jefe de Estado Mayor Conjunto será el vicealmirante Harry Reyna Niño.
La comandancia del Ejército la tendrá el general Royer Gómez Herrera; el subcomandante será el general Jaime Alonso Galindo. A la Fuerza Aeroespacial llegará el general Carlos Silva Rueda, y el subcomandante será el general Alfonso Lozano Ariza.
La Presidencia ratificó en sus cargos al almirante Juan Rozo Obregón, comandante de la Armada; y al general William Rincón Zambrano, director de la Policía.
El general Hugo López es un oficial de confianza de Petro, quien ya lo había nombrado como miembro de la delegación del Gobierno en la fracasada mesa de paz con el ELN.
López no es ajeno a estos temas relacionados con las negociaciones con grupos criminales, pues en el pasado fue el jefe del Comando Conjunto Estratégico de Transición, una unidad creada dentro de las FF.MM. después de los diálogos con las Farc en Cuba, para “planear, coordinar y direccionar las capacidades de las Fuerzas Militares en lo concerniente a la terminación de conflictos e implementación de los acuerdos de paz”, según la descripción oficial.
Es probable que Petro lo quiera en el cargo debido a esa experiencia, para que le ayude en la implementación de los acuerdos de la “paz total” en la etapa final de su mandato.
Sobre los nuevos comandantes, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, declaró: “Con la renovación de la cúpula militar, el Gobierno ratificó su compromiso de avanzar en la protección de la vida, el control del territorio y la consolidación de la paz, con el respaldo de una Fuerza Pública fortalecida en capacidades y liderazgo estratégico”.
El anuncio causó suspicacia entre la oposición, dado que ocurrió en la misma semana en la que Petro dio vía libre a la declaratoria de emergencia económica y al proyecto de asamblea constituyente.
Ante esos cuestionamientos en el Congreso, Sánchez se defendió afirmando que la decisión se venía estudiando semanas atrás. “No son ningunos aparecidos, tienen una trayectoria de más de 35 años. Las Fuerzas Militares no pierden el norte, simplemente ingresan unos nuevos jugadores a ese partido que tenemos que ganar”, recalcó.
El exministro de Defensa, Gabriel Silva, dijo en Noticias Caracol que “esta nueva cúpula llega con una mano amarrada atrás: el equipamiento se ha debilitado, la Fuerza está desmoralizada, les toca enfrentar una política de ‘paz total’ con las zonas de ubicación de combatientes que les concederán a grupos armados, como el Clan del Golfo, y además es año electoral. Me temo que los van a responsabilizar de unos hechos que no les corresponden a ellos”.
¿Los culparon por atentados?
La cúpula saliente tuvo como protagonistas al almirante Francisco Cubides (FF.MM.), al general Luis Cardozo (Ejército) y al general Luis Córdoba (FAC). Petro valoró algunos de sus logros, como las incautaciones récord de cocaína, que podrían cerrar el 2025 con cerca de 1.000 toneladas, y el incremento en un 27% de las operaciones ofensivas contra grupos ilegales.
Sin embargo, los generales salientes quedarán en la historia por conformar una de las cúpulas con los resultados más pobres en seguridad: el secuestro creció 117% en el último año, el desplazamiento forzado 71%, los actos de terrorismo 17%, el número de integrantes de los Grupos Armados Organizados aumentó un 15%, los homicidios 3% y los cultivos de coca otro 3%.
Durante su jefatura, mataron 153 miembros de la Fuerza Pública y 673 quedaron heridos, reclutaron 524 menores de edad y asesinaron a 181 líderes sociales, según datos de MinDefensa y la ONG Indepaz.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, dio otra pista sobre los motivos del cambio. “De pronto hago una infidencia de los consejos. Las fallas (por los atentados terroristas en las bases militares) eran básicamente de seguridad en las instalaciones, la de Aguachica (Cesar), la de Buenos Aires (Cauca), estaban mal cubiertas (...). El malestar del presidente tenía que ver con la desprotección”.
TAMBIÉN LE PUEDE INTERESAR: Las 9 decisiones de Petro que afectan la seguridad del país.