Este miércoles, refiriéndose a su polémico proyecto de sometimiento a las bandas criminales, al ministro de Justicia Eduardo Montealegre se le “escapó” un frase que alimenta los rumores de un remezón de gabinete amplio en el último año del Gobierno de Gustavo Petro.
“Este proyecto que presenté con el futuro canciller Armando Benedetti”, dijo el jurista en la W Radio y fue inmediatamente interpelado por los periodistas. “Yo lo saludo ya de canciller”, atinó a decir. En otra entrevista, en Blu Radio, también hizo mención del ministro de la política en esos términos: “futuro canciller”. ¿Qué sabe Montealegre?
EL COLOMBIANO consultó con fuentes de Presidencia y del círculo cercano de Benedetti. “Él quiere irse para allá (Cancillería), pero depende del presidente”, dijo una funcionaria bajo reserva. En Palacio aseguran que el jefe de Estado está considerando esa opción, pero que no es un hecho, pues sigue barajando los movimientos de su gabinete antes del 7 de agosto cuando se cumplen tres años de su mandato y empieza la recta final.
Otros cambios en el gabinete
Este diario había anticipado en primicia la salida de tres ministros: Guillermo Alfonso Jaramillo (Salud), Carlos Rosero (Igualdad) y Lena Yanina Estrada (Ambiente). Lo que está por verse es si Jaramillo, que es de la entraña del petrismo, haría una especie de “enroque” con Benedetti, es decir que el médico pase a Interior y Benedetti a Cancillería. No se descarta, según las mismas fuentes, ese escenario.
Pero aseguran que los perfiles de los cargos que quedarían para Salud, Igualdad y Ambiente serían ocupados por mujeres para intentar cumplir con el gabinete paritario. Eso significaría que la actual directora de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), Irene Vélez, podría ser nombrada ministra de Ambiente.
Otro movimiento que estudia el presidente Petro es en Agricultura. Una de las ministras más destacadas del actual gabinete es Martha Carvajalino, pero César Pachón, presidente de Agencia de Desarrollo Rural estaría haciendo lobby para quedarse con ese cargo.
De hecho, el hasta hace poco presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca (Partido Alianza Verde), se refirió a esa eventual movida: “Voy a decir algo medio incómodo pero cierto: sería un grave error cambiar a Carvajalino para meter a Pachón. Los logros de ella en el sector son sobresalientes, el mismo Gustavo Petro lo reconoció el 20 de julio. Lo demás sí sería un desastre para el campo colombiano”, concluyó el congresista cercano al Gobierno.
Por ahora, todos esos cambios no son una decisión tomada del jefe de Estado, según altas fuentes del Dapre.
¿Qué pasaría si Benedetti finalmente aterriza a la Cancillería?
Según el politólogo y profesor de la Universidad Javeriana, Humberto Librado, el primer gran problema es la falta de continuidad en las direcciones de los ministerios que ya suman 55 en tres años.
“Dificulta el cumplimiento de los objetivos sectoriales donde los tiempos necesarios para las curvas de aprendizaje son insuficientes para los retos existentes”, señala el experto.
En concreto, sobre la Cancillería, Librado advierte que los retos que le correspondería a Benedetti “son muy grandes: el tema pasaportes, las relaciones con Estados Unidos y la reducción en materia de cooperación; las discusiones sobre la situación en la franja de Gaza, y la situación con el régimen venezolano, entre otros”.
En Palacio ronda la idea de que así como sucedió con Laura Sarabia, la Cancillería podría ser una especie de “destierro” para Benedetti, quien tiene una pelea con el jefe de despacho presidencial Alfredo Saade, según reveló este diario.
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