Al respecto, explicaron que “hace tres años la Clínica del Occidente atendía un promedio mensual de 320 partos, actualmente atiende aproximadamente 60. Esto representa una reducción del 81,5 %”.
“La Clínica ha mantenido los costos fijos indispensables para garantizar el correcto funcionamiento de los servicios de Obstetricia y Neonatología, sin embargo, la reducción de 81,5 % en la atención de partos hace inviable la sostenibilidad de estos servicios”, agregaron.
Vale recordar que en marzo pasado el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que en 2024 nacieron 445.011 bebés: la primera vez que la cifra cae por debajo de los 500.000 desde que comenzaron estos registros en 1998. Esto reflejó una caída de 70.538 nacimientos frente a 2023, así como un descenso de 13,7 % en un solo año y de 32,7 % menos que en 2015.
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Así mismo, este centro de alta complejidad de la capital aseguró que los cierres de estas salas de servicios no van a afectar servicios “relacionados con las enfermedades de la mujer” y que esperan fortalecer servicios cuya demanda ha aumentado, como los de patologías de alta complejidad y servicios para la atención de cáncer.
En abril pasado, la Clínica de Occidente justificó estos cierres en el incumplimiento de los pagos por parte de las Entidades Promotoras de Salud (EPS), lo que impide garantizar el funcionamiento del sistema con normalidad.
“En la actualidad estamos afectados por el incumplimiento paulatino del pago de los servicios prestados a los usuarios, tanto del régimen contributivo, subsidiado, particulares con inconsistencias administrativas y demás que han sido atendidos en nuestra IPS”, indicaron en un comunicado de entonces.
La clínica manifestó su preocupación por la situación del sistema de salud y pidió especial atención a la crisis que se agrava con cada día que no se realizan los pagos necesarios.
Con este anuncio son dos los grandes centros asistenciales de la capital que en los últimos tres meses han tomado la decisión de cerrar algunos de sus servicios. A principios de diciembre pasado, lo hizo el Hospital Universitario San Ignacio, que cerró su servicio de atención a partos argumentando la alta demanda que tiene en otros servicios de mayor urgencia médica.
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