Con las correas ya puestas y la emoción reflejada en sus ojos, decenas de perros aguardaban el paseo dominical en la Fundación Huellas Positivas. Nadie llegó. Quince personas se habían inscrito para la jornada de voluntariado, pero ninguna asistió, dejando a los animales sin la atención prometida y a la organización con un día de preparativos perdidos.
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La actividad incluía baños, caminatas y juegos para los 54 perros del albergue, acciones que son clave en su rehabilitación. “Los perros se alistan para paseo, se les pone sus cuerdas, y cuando no llegan ellos quedan emocionados sin entender qué pasó con el paseo”, dijo la Fundación Huellas Positivas a EL COLOMBIANO.
Los responsables explicaron que cada convocatoria implica un trabajo previo exigente. “Realizamos una preparación: se poda y se limpia, se alistan unas onces para los voluntarios, se mandaron a hacer estampados para camisetas, que terminaron sin usarse y dañados. Esto lo habíamos hecho con la intención de que las personas se fueran con una buena imagen de nosotros y con ganas de seguir ayudando a más fundaciones”, contaron. Es decir, la ausencia de asistentes dejó no solo frustración, también recursos invertidos que no se usaron y tiempo que no se recupera.
Según la fundación, no es la primera vez que ocurre. “Normalmente son grupos que dicen: vamos 20, vamos 30 personas, y al final no llega nadie. Afecta que hay muchas cosas que se dejan de hacer para realizar los preparativos para la jornada” El incumplimiento reiterado obliga a reacomodar la rutina de limpieza, alimentación y atención de los animales y frena los procesos de socialización que resultan vitales para su bienestar.
La situación empeora si se tiene en cuenta que la operación diaria descansa en un equipo reducido: cuatro integrantes en total, de los cuales dos están en Bogotá encargados de redes y consecución de recursos y dos en el albergue con la labor operativa.
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Ante la repetición del problema, la fundación decidió ajustar la convocatoria. “Estamos manejando un formulario y unos grupos de WhatsApp donde, en caso de que no vengan, nos avisen y podamos estar más en contacto con los voluntarios. Asimismo reducimos los cupos para una mejor logística”, aseguraron. El objetivo es evitar falsas expectativas y reforzar el compromiso de quienes se inscriben.
Más allá de la logística, el mensaje busca tocar fibras emocionales. “Hacemos un llamado a la empatía con los animales que están ilusionados, que son animales que vienen con heridas en el alma. Estos desplantes son diez pasos atrás en sus procesos y nuestra labor más allá de cuidar y alimentar, es sanar, rehabilitar, amar”, expresó la fundación.
La reflexión se extiende al voluntariado en general: no basta con la buena intención, se necesita constancia y responsabilidad. “Un llamado a darse la oportunidad de generar un vínculo con los perros y entender esta labor. Un llamado a siempre servir, ayudar siempre que se pueda, desde los pequeños detalles se hace del mundo un mejor lugar”, añadieron.
La próxima jornada quedó programada para el 27 de septiembre. Será, dicen, una oportunidad para quienes realmente quieran comprometerse. Además, la fundación recordó que en Bogotá cuentan con un punto de acopio en la calle 3 sur #19-42, donde la ciudadanía puede llevar donaciones de todo tipo. Quienes deseen apoyar desde otras ciudades pueden comunicarse al 3194225262 o a través de Instagram en @funhuellas.positivas.
“Respetemos el tiempo, el esfuerzo y, sobre todo, a los seres que esperan con ilusión”, concluyeron.