En el cierre del año futbolístico, Línea de Gol despidió el 2025 con un invitado especial: Sebastián Arango Botero, presidente de Atlético Nacional. En una charla extensa y franca, el dirigente verdolaga hizo un balance del año, habló de errores, aciertos, del vínculo con la hinchada, del proceso deportivo y empresarial, y adelantó pistas sobre lo que viene para el 2026.
¿Cuál es el balance que hace de este año al frente de Atlético Nacional?
“El balance no termina siendo el que nosotros queríamos. Siempre lo hemos dicho con transparencia: aspirábamos a mucho más. Queríamos, como mínimo, una liga adicional y avanzar mucho más en Copa Libertadores. Esos objetivos no se cumplieron como esperábamos y sería irresponsable negarlo. Ahora bien, también logramos una Superliga y una Copa Colombia, que para nosotros son importantes. Nacional tiene la obligación de competir y ganar todo lo que juega, y cerrar el año levantando un título, especialmente por el contexto, el rival y la final en Medellín, nos deja un bálsamo. Este proceso apenas comienza y esperamos que vengan muchas más conquistas”.
Con la nómina más costosa del fútbol colombiano, muchos se preguntan si este 2025 fue un fracaso. ¿Cómo lo ven desde adentro?
“No cumplimos todos los objetivos, eso es innegable. Cada quien podrá calificarlo como quiera. Nosotros somos muy críticos y conscientes. Los jugadores, el cuerpo técnico y quienes trabajamos en Nacional reconocemos esa responsabilidad. El fútbol da revanchas. El próximo año volveremos a luchar por la liga, por clasificar a Libertadores y, si nos corresponde, afrontar la Sudamericana con la seriedad que exige nuestra historia”.
Se cumplen casi diez años de la tragedia de Chapecoense. ¿Qué sintieron al ver el homenaje del club brasileño a Nacional?
“Mucha emoción. Hacer las cosas bien siempre será gratificante. Ese reconocimiento reafirma que la decisión tomada en 2016 fue la correcta. Ese gesto de Nacional fue enorme, incluso subvalorado en su momento. Hoy existe un reconocimiento internacional, incluso de FIFA, por ese acto de fair play. Nos llena de orgullo y fortalece una relación que sigue viva. El próximo año también queremos rendir homenajes y seguir trabajando esa hermandad”.
¿En qué siente que se equivocó como presidente de Nacional este año?
“Mi mayor deuda ha sido no lograr consolidar un cuerpo técnico. En un año y ocho meses llevamos cuatro entrenadores, y eso no es lo que queremos. El fútbol es muy inmediatista, pero es una responsabilidad institucional. También nos quedó el debe de no ganar la liga, que nos habría dado la clasificación directa a Libertadores. En fútbol femenino seguimos buscando el título. En cambio, en fútbol formativo fue un gran año: campeonatos Sub-17, Sub-16, títulos regionales y un trabajo estructural profundo que dará frutos a largo plazo”.
Al hincha no siempre le gusta que se hable de Nacional como empresa. ¿Cómo maneja esa dualidad?
“Atlético Nacional debe manejarse como una empresa bien administrada. Eso no significa descuidar lo deportivo. Hacer bien lo corporativo es una obligación. Hemos fortalecido la marca, el retail, los productos de consumo masivo, la película, la carrera atlética, las alianzas comerciales. Todo eso tiene un impacto directo en lo deportivo. Además, está el impacto social: más de 350 jóvenes en fútbol formativo con acompañamiento integral y más de 2.400 niños beneficiados en la Copa Atlético Nacional. Eso también es Nacional”.
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