La noche caleña, que tantas veces fue testigo de gestas verdes, volvió a cerrarle la puerta a Atlético Nacional. Esta vez no hubo épica, no hubo remontada, no hubo respuesta. El equipo paisa llegó a Palmaseca con el objetivo de sellar su clasificación anticipada a los cuadrangulares y defender el liderato de la Liga Betplay-1. Sin embargo, la realidad fue contundente: derrota 1-0 ante un Deportivo Cali que, con muy poco, le bastó para desnudar las falencias de un Nacional que sigue sin corregir viejos errores y que, como visitante, naufraga más de lo que navega.
El gol llegó casi sin que los equipos alcanzaran a acomodarse sobre el césped. Antes de que el reloj marcara el minuto tres, Nacional ya estaba abajo en el marcador. Un error en salida, una pelota mal rechazada por Juan José Arias y el oportunismo de Estupiñán sellaron la jugada que, otra vez, evidenció un problema que ya es crónico: Nacional arranca los partidos desconectado, desatento, como si necesitara el primer golpe para despertar. El problema es que en esta Liga ese despertar parece tardío.
No es la primera vez. La alerta ya no es un parpadeo aislado, sino una alarma encendida. Lo peor es que las soluciones tampoco llegan. Gandolfi sigue buscando solidez defensiva en una zona que parece destinada al desconcierto. Ni Juan José Arias ni Juan Felipe Aguirre han logrado darle garantías al equipo desde la zaga derecha, y cada error pesa como una losa. Ante esta realidad, el técnico argentino deberá barajar nuevas opciones: Joan Castro podría ser la carta que tanto necesita allí, o incluso apostar con más decisión por el joven Royer Caicedo, que pide pista.
Pero la preocupación no se limita a la defensa. Nacional también perdió claridad en ataque. Cuando Edwin Cardona es contenido, el equipo se queda sin brújula. La fórmula es tan simple como repetida: tapar al ’10’ y ver cómo la maquinaria ofensiva verdolaga se apaga. Ante Cali, Gandolfi intentó una variante con Billy Arce, buscando aire fresco en la creación y aunque mejoró el gol no llegó. En todo el partido, apenas tres opciones claras: un remate de Marino Hinestroza en el primer tiempo y un cabezazo y otro disparo de William Tesillo que el arquero del Cali desvió con reflejos felinos.
La noche también fue gris para Alfredo Morelos. El ‘Búfalo’, que había venido mostrando pinceladas de su jerarquía, tuvo una de sus presentaciones más apagadas desde que llegó. Desconectado y sin opciones, pasó inadvertido en un partido que exigía jerarquía y liderazgo. Para colmo de males, su reemplazo natural, Kevin Viveros, no fue convocado, dejando al equipo sin variantes claras en el frente de ataque.
Esta nueva derrota en Palmaseca alarga una racha que ya empieza a pesar en la historia reciente del club. Nacional no gana en la casa del Cali desde 2019, cuando un solitario gol fue suficiente para salir victorioso. Desde entonces, siete visitas llenas de frustración: cuatro derrotas y tres empates. Una sequía incómoda que ya es más que una simple estadística.
Lo más preocupante, sin embargo, es el balance de Nacional fuera del Atanasio en esta Liga. Ocho partidos como visitante y apenas dos victorias: un apretado 0-1 contra La Equidad y un rotundo 1-5 ante Fortaleza. El resto, tres empates y tres derrotas, para un rendimiento de apenas 37,5 %. Números que no se corresponden con las aspiraciones de un equipo que sueña con el título.
Con la derrota, Nacional perdió el liderato y postergó su clasificación. Ahora es segundo y necesitará al menos dos puntos, o una victoria frente a Deportivo Pasto, el próximo martes 29 de abril, para asegurar su presencia anticipada en los cuadrangulares. Antes de eso, la agenda le marca un reto aún más exigente: la Copa Libertadores, donde visitará a Bahía con la obligación de sumar puntos para no quedarse rezagado en su grupo.
La derrota en Cali no solo deja un marcador adverso, sino un espejo que refleja con crudeza las limitaciones que el equipo aún no logra resolver. Los errores se repiten, las soluciones no llegan, y el tiempo apremia. Nacional sigue siendo un gigante, pero uno que, por ahora, camina con pasos inseguros.