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La izquierda perdió el poder en Chile: este domingo ganó la presidencia José Antonio Kast, de extrema derecha

El ultraderechista José Antonio Kast, simpatizante de la dictadura chilena, venció por fin en las presidenciales luego de tres intentos y tras una trayectoria política de 30 años.

  • José Antonio Kast es abierto simpatizante de la dictadura de Augusto Pinochet. Su familia tiene lazos con el nazismo. FOTO. AFP
    José Antonio Kast es abierto simpatizante de la dictadura de Augusto Pinochet. Su familia tiene lazos con el nazismo. FOTO. AFP
hace 3 horas
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En su tercer intento, José Antonio Kast alcanzó el poder en las urnas para la extrema derecha en Chile. Más sobrio que otros líderes de la misma ideología, este devoto católico promete un plan “implacable” para restaurar la seguridad y el orden en Chile. Este domingo se impuso en el balotaje sobre la izquierdista Jeannet Jara, quien reconoció su derrota.

De 59 años y padre de nueve hijos, Kast es un abogado ultraconservador sin reservas: rechaza el aborto incluso en casos de violación, la píldora anticonceptiva de emergencia, el divorcio, el matrimonio homosexual y la eutanasia.

Lleva 30 años en política sin la estridencia de líderes de derecha como el brasileño Jair Bolsonaro o el argentino Javier Milei, con quienes se le compara.

“Es mucho más conservador como personaje y no tiene una personalidad muy carismática”, dice a la AFP Robert Funk, profesor de ciencia política de la Universidad de Chile.

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Sus logros como diputado se limitan a la aprobación de leyes que permitieron colocar estatuas, vender lentes para la presbicia sin receta médica, otorgarle a una monja un pasaporte chileno y regular loterías.

Admirador de la dictadura que impuso Augusto Pinochet desde 1973 hasta 1990, se ganó el favor de los chilenos con su promesa de atacar de frente la criminalidad y deportar a casi 340.000 migrantes irregulares, en su mayoría venezolanos.

La percepción de inseguridad supera por mucho la evidencia de que Chile sea un país tomado por el crimen, pese al repunte de delitos en los últimos años.

“Este gobierno generó caos, desorden e inseguridad. Y nosotros vamos a ir a la inversa”, asegura Kast, quien asumirá el 11 de marzo.

Fue electo en medio de una ola conservadora que barre a América Latina y tras el segundo triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.

Kast se paseó armado

El fundador del Partido Republicano realizó varios actos de campaña detrás de un vidrio blindado y reveló que tenía un revólver con cinco tiros.

Una de sus promesas es la de aumentar el poder de fuego de la policía.

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Aun así “se le ve muy sobrio, muy pragmático, muy pausado y muy calmado al lado del resto” de líderes de extrema derecha con los que se les compara, indica la periodista Amanda Marton, coautora del libro “Kast, la ultraderecha a la chilena”. Está casado con María Pía Adriasola. En 2017, su esposa relató en una entrevista que Kast le prohibió usar pastillas anticonceptivas.

Kast es el menor de 10 hijos de un matrimonio de alemanes que emigró a Chile y levantó un próspero negocio de embutidos que heredó. Investigaciones periodísticas revelaron en 2021 que su padre fue miembro del partido nazi de Adolf Hitler.

Pero Kast afirmó que fue un recluta forzado del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial y negó que fuera nazi. A la jubilada María Eugenia Rosas, de 69 años, le atren sus formas y franqueza: “No se altera, no insulta y no provoca”, dice a la AFP en Temuco (sur). En cambio la pensionada Erika Arredondo, de 70 años, siente temor. “Es una persona que es como el cuento del lobo. Un lobo que se disfraza de gente buena”, dice en Santiago. Su llegada al poder supone el primer triunfo de la ultraderecha desde el fin de la dictadura.

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Siempre atildado, dejó ver de vez en cuando una sonrisa en momentos de tensión en los debates de esta campaña. Aunque suele mantener la calma, puede ser autoritario, según excolaboradores.

“O estás con él, o él está contra ti”, recuerda a la AFP Lily Zúñiga, quien trabajó con él en la Unión Demócrata Independiente (UDI), donde militó por dos décadas. “Él siente que no nació para cosas menores”, añade.

Kast renunció en 2016 a esa formación porque dejó de “transmitir las ideas” que defiende. Tres años después, fundó el Partido Republicano, que conduce con una mezcla de “simpatía personal” y un “fuerte control”, según Javiera González, coautora del libro “Kast, el mesías de la derecha chilena”.

Su vocera de campaña, Mara Sedini, destaca su “ética de trabajo”. “Con las cosas que hay que ser tozudo, es tozudo” pero también es capaz de “flexibilizar e ir aprendiendo”, añade.

En esta campaña relegó la agenda social conservadora que le quitó votos en 2021, para centrarse en la seguridad y arremeter contra la migración, que considera un complot de la “izquierda radical” para poner fin a libertades.

“Hay gente que dice que ha moderado el discurso, pero no lo ha moderado. Simplemente ha eludido todo lo que le pueda costar votos”, dice Claudia Heiss, analista política de la Universidad de Chile.

Kast tomó revancha de sus derrotas. “¿Cuántas veces nos dijeron que era imposible, que no lo íbamos a lograr?”, dijo. “Algunos se reían, nos subestimaban y otros incluso nos ningunearon”.

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