Aseguran que no es una medida en busca de protagonismo o venganza, sino que quieren honrar la memoria de su padre y obtener reparación.
Las hijas del cantante de merengue, Rubby Pérez, demandaron a los propietarios y socios de la discoteca Jet Set luego de que fallas estructurales del recinto resultara en la muerte de 236 personas, incluido el artista. En compensación, piden más de 7 millones de dólares.
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Han pasado poco más de dos meses desde aquel fatídico 8 de abril en el que el techo de la icónica discoteca ubicada en República Dominicana se desplomara, aplastando a cientos de personas que asistían a un concierto. En total, se han presentado 108 demandas civiles contra Antonio y Maribel Espaillat, propietarios de la discoteca. Ambos fueron detenidos la semana pasada y acusados de homicidio involuntario. Y por el momento cuentan con el beneficio de enfrentar los diferentes juicios estando en libertad.
Entre tantas demandas, se encuentra la de Casiey Aileen Pérez Lebrón y Ana Beatriz Pérez Reynoso, dos de las hijas de Rubby. Su proceso jurídico está respaldado por toda la familia, y recientemente se conoció un comunicado de la firma de abogados que las representa.
Allí, la familia asegura que el colapso de Jet Set “dejó como saldo 236 personas fallecidas, más de 180 heridas y un número indeterminado de familias desgarradas por pérdidas repentinas e irreparables”, entre las que hay personas “en situación de orfandad, hijos e hijas que deberán rehacer sus vidas sin la presencia de quienes los cuidaban, amaban y guiaban”.
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Como consecuencia de lo mencionado, Casiey y Ana piden una indemnización de 435 millones de pesos dominicanos, es decir, más de 29.000 millones de pesos colombianos. En dólares, la cifra supera los 7 millones. Ambas aseguran que el dinero será destinado a la creación de una iniciativa enfocada en la juventud de la República Dominicana.
También hicieron énfasis en que el proceso judicial “no nace del rencor ni del protagonismo”, sino de “un duelo profundo, de una pérdida irreparable” y de la necesidad de que República Dominicana “enfrente una verdad incómoda: hemos fallado como sociedad cuando el entretenimiento puede más que la vida y cuando el Estado no cumple su rol esencial de cuidar, fiscalizar y prevenir”.
Para ellas, la denuncia “es una herramienta legal, pero también un acto de memoria” y “no busca castigar sin fundamentos ni emitir juicios paralelos”.
Quieren que el caso “se investigue, que se determine la verdad, que se asuman responsabilidades donde corresponda y que las víctimas no desaparezcan del relato oficial”, dijeron, y añadieron que esperan que no haya impunidad, puesto que no consideran que el accidente sea un hecho aislado sino que se trató de “un riesgo consciente por parte de los propietarios”.
”Hemos fallado como sociedad cuando el entretenimiento puede más que la vida y cuando el Estado no cumple su rol esencial de cuidar, fiscalizar y prevenir”, dijeron ambas hijas del fallecido cantante.
Los hermanos Espaillat enfrentan una pena de hasta dos años de cárcel por el cargo imputado. Un tribunal del país los acusa de “una inmensa irresponsabilidad y negligencia” en el manejo del local, que presentaba “fallas estructurales”.
Según las investigaciones técnicas de la justicia, el techo colapsó después de ser cargado “de manera excesiva” con ductos, aires acondicionados, tanques de agua “sin realizar ningún estudio que garantizara la capacidad de la estructura” para soportar el peso. La Fiscalía también señaló a los propietarios de “intimidar o manipular a empleados” que pudieran ser llamados como testigos.
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