El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió poner fin a la política favorable a los coches eléctricos en California, un estado dirigido por el gobernador demócrata Gavin Newsom.
California aprobó en 2022 una ley que exige que todos los vehículos nuevos vendidos en el estado sean de “cero emisiones” contaminantes para 2035.
Este objetivo es compartido por una decena de estados gobernados por demócratas, pero no por el presidente Donald Trump y su Partido Republicano.
Lea aquí: Musk lamenta haber ido “demasiado lejos” con algunas de sus críticas a Trump
California cuenta con la mayor cantidad de coches eléctricos del país y se ha beneficiado durante más de medio siglo de exenciones que le permiten establecer normas ambientales más estrictas que la legislación federal.
Este estado del oeste presiona desde hace tiempo a los fabricantes de automóviles para que creen coches que cumplan con sus normas de emisiones. Trump piensa combatir este tipo de iniciativas.
“Salvamos oficialmente a la industria automovilística estadounidense de la destrucción”, declaró Trump este jueves en un acto en la Casa Blanca.
Según su oficina firmará una resolución aprobada por el Congreso en mayo para impedir que California prohíba la venta de vehículos nuevos con motor de combustión en 2035.
En el momento de la votación en el Congreso, las autoridades californianas aseguraron que emprenderán acciones legales en cuanto el presidente firme el proyecto de ley.
“La agenda divisiva y partidista del presidente pone en peligro nuestras vidas, nuestra economía y nuestro medio ambiente”, declaró el fiscal general de California, Rob Bonta.
“Es imprudente, es ilegal y, por ello, volveremos a ver a la administración Trump en los tribunales por vigésima sexta vez”, agregó.
Lea aquí: Acción de Tesla se desploma más del 15% tras pelea entre Elon Musk y Donald Trump
La firma del presidente era previsible. El multimillonario republicano, un conocido escéptico del cambio climático, hizo campaña en 2024 a favor del petróleo y ha abandonado el objetivo establecido por su predecesor demócrata, Joe Biden, de alcanzar el 50% de las ventas de coches eléctricos en Estados Unidos para 2030.
La decisión tambien toca indirectamente al exaliado de Trump, el magnate tecnológico Elon Musk, con quien tuvo un fuerte enfrentamiento por el megaproyecto de ley presupuestaria del Gobierno.
Hace unos días, en medio de su pelea con el jefe de Tesla, el presidente estadounidense aseguró en su red Truth Social que dio por terminada la misión presupuestaria de Musk, quien, según él, se había “vuelto loco” por una decisión desfavorable a los vehículos eléctricos.
El sector eléctrico estadounidense ya es uno de los más contaminantes del mundo, según un reciente informe del Institute for Policy Integrity, un grupo de reflexión no partidista de la Universidad de Nueva York.