Decir que Uniban marcó el inicio del desarrollo empresarial e industrial de Urabá no es una exageración. Con 59 años de trayectoria, esta comercializadora internacional de frutas frescas, fundada por productores bananeros, ha sido un motor clave del crecimiento económico de la región.
Nació con el propósito de comercializar el banano que comenzó a producirse en los años 60 en Urabá y hoy presta servicios técnicos y de comercialización internacional a más de 148 fincas bananeras, que cubren cerca de 18.000 hectáreas, y a 2.440 agricultores independientes de plátano, quienes manejan 9.000 hectáreas. Estos pequeños productores incluyen a poblaciones vulnerables desde Bajirá hasta Necoclí, San Juan de Urabá y San Pelayo (Córdoba).
Uniban también está integrada con la producción de sus propios empaques, como cajas de cartón y plásticos. Además, cuenta con servicios logísticos portuarios que incluyen cross-docking (transferencia directa de mercancías), llenado de contenedores y cargue fluvial en barcazas hasta el Golfo de Urabá, donde se realiza el embarque en buques de exportación.
La compañía es la mayor exportadora de banano en Colombia y la quinta a nivel mundial. A través de sus operaciones en Estados Unidos y Europa, comercializa directamente el 54% de su producción con supermercados. Sus exportaciones superan los 40 millones de cajas anuales.
Tiene 3.850 empleados directos y cerca de 20.000 si se incluyen los colaboradores de sus productores. Todos los trabajadores en fincas están afiliados a sindicatos.
Al frente de la compañía desde 2023 está Manuel Laborde Barriga, ingeniero industrial de los Andes, con MBA de la escuela de negocios Kellogg, de la Universidad Northwestern en Chicago.
Laborde tiene una amplia carrera profesional. Comenzó en el área agrícola de Monsanto. Luego se vinculó a NutraSweet en Chicago, liderando la operación para Latinoamérica, y después pasó a la división de margarinas de Unilever, también en Chicago. Allí, junto con su equipo, logró reintroducir el aceite de palma como ingrediente clave en la industria alimentaria de Estados Unidos, reformulando productos icónicos como la galleta Oreo.
Los últimos tres años de los 12 que vivió en Estados Unidos los dedicó al emprendimiento en la distribución de café, adquiriendo tres compañías, las cuales vendió antes de regresar a Colombia. Ya de vuelta, lideró una división del Grupo Corona y luego su área comercial. Posteriormente, asumió la presidencia de Proquinal y más adelante regresó al sector de derivados de palma para liderar el desarrollo de negocios globales de Loders Croklaan desde Ámsterdam, con foco en nutrición infantil.
Desde allí pasó a liderar la operación en Asia-Pacífico de Bunge Loders Croklaan, con sede en Singapur, durante tres años, tiempo en el que construyó la primera planta de derivados especiales de palma en Xiamen, China. Más adelante, dirigió la región de Latinoamérica desde Missouri.
¿Qué ha significado Uniban para la región de Urabá?
“Uniban es la compañía comercial de origen que dio lugar a todas las demás empresas en Urabá. El desarrollo económico de la región nace, en gran medida, de su actividad comercial. Como líder de la industria bananera, sus productores han sido protagonistas en la construcción de país en un territorio que por décadas estuvo aislado y desconectado del resto de Colombia.
Toda la infraestructura industrial, vial y fluvial; los embarcaderos sobre el río (como Zungo y Nueva Colonia); así como instituciones educativas, viviendas y, en general, el tejido social de la región, han surgido a partir del trabajo sostenido de Uniban y sus productores. Su presencia ha sido una plataforma de progreso para las comunidades que han encontrado en el banano una vía de empleo, dignidad y desarrollo.
Un dato simbólico ilustra esta conexión: mientras Uniban fue fundada hace 59 años, Apartadó tiene 58 años de existencia. La historia de la empresa y la del territorio no solo han transcurrido en paralelo, sino que se han nutrido mutuamente. El crecimiento poblacional, la expansión urbana, la generación de empleo y el fortalecimiento del tejido productivo han sido posibles gracias a la actividad exportadora de la compañía y al compromiso de sus productores con el desarrollo. Urabá no solo se conectó al país a través del banano: gracias a esta actividad nacieron caminos, puertos, escuelas y barrios. Lo que antes fue una zona marginada, hoy es un polo estratégico para el desarrollo agroindustrial”.
¿Cuál ha sido el principal reto al frente de Uniban?
“El negocio del banano no para nunca: se cosecha, empaca y embarca todos los días y sus noches. El reloj de la vida verde del producto empieza desde el corte y tiene que llegar a Europa en perfecto estado y aún verde. Los barcos no esperan. Es la fruta más vendida en el mundo, pero los supermercados históricamente han comercializado a precios muy bajos, lo que hace que los márgenes sean mínimos para los productores y para toda la cadena. No hay margen de error. La curva de aprendizaje es bien empinada, pero he contado con la suerte de encontrar un gran equipo, muy experimentado, y una base sólida de excelentes profesionales en todos los niveles”.
¿Qué ha sido lo más difícil y gratificante de su cargo?
“Lo más retador ha sido recalibrar relaciones comerciales de muchos años que nos limitaban para acercarnos a los consumidores y tener control sobre nuestro propio destino. Son cambios fuertes para muchas personas. Lo más gratificante ha sido ver los resultados de esas transformaciones y el reconocimiento internacional de Uniban y sus marcas, Turbana y Tropy, en los principales mercados europeos. Además, la satisfacción de ver cómo una cultura enfocada en resultados y empoderamiento se materializa positivamente, permitiendo que todos ganen en la cadena: desde nuestros colaboradores en finca hasta nuestros accionistas, pasando por todas las cooperativas de servicios aliadas a nuestras operaciones”.
¿Qué significará para Urabá y el país Puerto Antioquia?
“La llegada de Puerto Antioquia representa un cambio transformacional para todas las cadenas de suministro de Colombia. Para Urabá, significa la evolución de una zona netamente agrícola hacia un ecosistema portuario, logístico e industrial, con toda la generación de oportunidades de empleo que esto traerá para la población local y para quienes llegarán desde distintas regiones del país. Este momento es comparable al de 1992, cuando se privatizó la Sociedad Portuaria en Cartagena y no existía prácticamente nada en la zona industrial de Mamonal. Mírelo ahora”.
¿Qué opina de la transformación y el momento actual de Urabá, qué oportunidades cree que se avecinan para la región, qué retos implica ese crecimiento?
“Creo que se necesita institucionalidad para organizar y discutir estos planes, con el desarrollo de Prourabá, contando con el apoyo de todos los aliados y partes interesadas. Necesitamos el mejor talento y capacidad de liderazgo y ejecución. ¡Modo antioqueño!”.
