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Salario mínimo vital en Colombia: qué es y qué cambia frente al modelo tradicional

A días del decreto del mínimo 2026, Gobierno impulsa el concepto de salario mínimo vital, que reabre el debate sobre cómo se fija el ingreso básico y qué necesidades debe cubrir.

  • El decreto de aumento del salario mínimo para 2026 se hará público entre el 29 y 30 de diciembre, según el Ministerio de Trabajo. Foto: Archivo Carlos Velásquez
    El decreto de aumento del salario mínimo para 2026 se hará público entre el 29 y 30 de diciembre, según el Ministerio de Trabajo. Foto: Archivo Carlos Velásquez
hace 2 horas
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A pocos días de que el Gobierno expida el decreto que definirá el salario mínimo de 2026, un concepto poco habitual ha cobrado protagonismo en el debate laboral: el salario mínimo vital. Su aparición ha reabierto la discusión sobre la manera en que se fija el ingreso básico de los trabajadores y sobre cuáles deberían ser las necesidades que este debe garantizar.

En contexto: MinTrabajo revela la fecha en que se publicará el decreto de salario mínimo para 2026

En su alocución pasada, el presidente Gustavo Petro no precisó el porcentaje del incremento del salario mínimo para 2026, pero sí anticipó que el ajuste se hará bajo el concepto de salario mínimo vital, una figura que se aplicaría por primera vez en el país.

Según explicó el mandatario, este enfoque, alineado con lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), apunta a garantizar un nivel de vida digno para los trabajadores y sus familias.

“El salario vital es el concepto que vamos a incorporar en el decreto, eso es lo que estamos buscando”, señaló el jefe de Estado.

Insistió en que el ingreso debe entenderse como un factor familiar y no estrictamente individual, y que su cálculo partirá de variables como la canasta mínima vital de los hogares y el número promedio de personas que aportan ingresos.

“Con esa información se determina el salario mínimo que vamos a decretar”, afirmó, al subrayar que el cambio tiene sustento en la OIT, la Constitución Política y la jurisprudencia colombiana.

¿Qué es el salario mínimo vital y cómo se calcula?

La OIT entiende el salario vital como el ingreso necesario para asegurar condiciones de vida dignas a los trabajadores y a sus familias, de acuerdo con lo establecido en el Convenio 131 sobre la fijación de salarios mínimos.

A partir de datos del Dane, en particular de la Encuesta Nacional de Hogares, actualizada a 2024, el organismo identificó cuatro rubros clave para su cálculo: alimentación; vivienda y servicios públicos; educación y salud; y transporte.

Relacionado: Petro no reveló el aumento del mínimo, pero habló de un “salario vital” para 2026, ¿de qué se trata?

De acuerdo con ese análisis, un hogar colombiano promedio de cuatro personas necesitó cerca de $3 millones mensuales en 2024 para cubrir esa canasta básica. No obstante, al tener en cuenta que en promedio solo 1,5 personas generan ingresos por familia, el salario mínimo vital estimado se ubicó en $2 millones para ese año.

Con la actualización por inflación, para 2025 ese ingreso debería ascender a $2.104.000. Esta cifra revela una brecha de $680.500 frente al salario mínimo vigente, fijado en $1.423.500, lo que equivale a un rezago del 47,8% y pone en evidencia que el ingreso actual no alcanzaría para cubrir las necesidades básicas de un hogar típico en el país.

¿Cuál es la diferencia con el salario mínimo tradicional en Colombia?

El salario mínimo tradicional se ha definido principalmente a partir de variables económicas como la inflación, la productividad, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la capacidad de pago de las empresas. Su cálculo parte de una lógica individual, es decir, se fija pensando en el trabajador y no en las cargas familiares que pueda tener.

Entre tanto, el salario mínimo vital introduce un enfoque social más amplio. Este concepto, según la OIT, parte de la idea de que el ingreso debe ser suficiente no solo para el trabajador, sino también para cubrir las necesidades básicas de su familia. Su cálculo se basa en el costo de una canasta mínima vital que incluye rubros como alimentación, vivienda, servicios públicos, transporte, salud y educación. En otras palabras, este busca cerrar la brecha entre el ingreso legal y el costo real de vivir dignamente en el país.

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De acuerdo con el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, el salario mínimo vital y móvil está en la Constitución, pero hasta ahora no ha sido aplicado en el país: “La discusión por el salario mínimo se ha basado en las variables macroeconómicas”, dijo.

Sin embargo, para Juliana Morad, directora del Departamento de Derecho Laboral de la Universidad Javeriana, no existe una diferencia jurídica entre el salario mínimo y el salario mínimo vital.

Según explicó, el salario mínimo, por definición, debe ser vital y ajustarse a las transformaciones de la economía y del mercado laboral. “El salario mínimo tiene que evolucionar conforme cambian las dinámicas económicas y laborales del país, de modo que la pérdida del poder adquisitivo de la moneda no recaiga sobre los trabajadores. Eso es lo que exige el salario mínimo: mantenerse en el tiempo y permitir una vida en condiciones dignas”, comentó.

Morad también indicó que el debate no puede limitarse únicamente al costo de la canasta familiar, pues la fijación del salario debe incorporar un conjunto más amplio de variables, como la productividad, la inflación, las tasas de empleo y ocupación, así como los niveles de informalidad, entre otros factores.

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Empresarios advierten riesgos

Desde el sector empresarial, las reacciones sobre la incorporación de un salario mínimo vital han sido críticas.

Acopi, el gremio que representa a las micro, pequeñas y medianas empresas, consideró que este tipo de medidas resultan inoportunas y potencialmente perjudiciales para el aparato productivo.

En un comunicado, el gremio advirtió que un aumento significativo del salario mínimo, en el contexto económico actual, podría generar efectos adversos sobre la sostenibilidad de las empresas, el empleo formal y la estabilidad económica, especialmente en el caso de las mipymes y la industria nacional.

Sindicatos respaldan el enfoque vital

Desde el movimiento sindical, en cambio, el planteamiento ha sido bien recibido. Percy Oyola, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), sostuvo que aunque el artículo 53 de la Constitución consagra un salario mínimo vital y móvil, en la práctica solo se ha avanzado en la movilidad, mientras el componente vital sigue pendiente.

Según Oyola, incluso con un incremento del 16%, la brecha entre el ingreso y el costo de vida solo comenzaría a cerrarse hacia 2028. Por ello, insistió en la necesidad de desindexar arriendos, servicios públicos y otros costos que siguen erosionando el ingreso real de los trabajadores.

Piden un ajuste técnico del salario mínimo 2026

La Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia) también se pronunció sobre la discusión y pidió que la definición del salario mínimo de 2026 se haga con criterios técnicos y de responsabilidad fiscal, para no comprometer el crecimiento económico ni la generación de empleo formal en el mediano plazo.

Su presidenta, María Claudia Lacouture, enfatizó en la importancia de alcanzar un acuerdo equilibrado. “Colombia necesita un acuerdo responsable. Sin empresas no hay empleo y, sin empleo, no hay poder adquisitivo que proteger”, afirmó.

Lacouture señaló que, pese a un entorno económico desafiante, existe margen para el consenso si la discusión se ajusta a la ley y se basa en variables como la inflación observada y la productividad. A su juicio, este enfoque permitiría proteger el ingreso de los trabajadores sin poner en riesgo la viabilidad de las empresas.

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La dirigente gremial también advirtió que los aumentos salariales por encima de la productividad han presionado la informalidad en los últimos años y que esa tendencia no puede profundizarse.

Finalmente, alertó que un ajuste imprudente del salario mínimo podría afectar la recuperación económica, pese a las proyecciones de crecimiento cercanas al 2,8%, y poner en riesgo la creación de empleo formal que necesita el país.

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