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Es fundamental evitar el apagón financiero del sistema, y para esto también existe la solución. El estado debe desatrasarse en el pago de los subsidios de energía y la opción tarifaria, generada durante la pandemia.
Por David Yanovich - opinion@elcolombiano.com.co
Además de la dependencia de varias industrias sobre el presupuesto nacional, Colombia tiene algunos sectores en donde la mano de la regulación determina la viabilidad de prestar un servicio o de producir un bien. Los servicios públicos, y en particular el servicio de gas natural y el de energía eléctrica, son un buen ejemplo.
La producción, transmisión y distribución de energía y gas en Colombia tienen un marco regulatorio que se ha venido desarrollando y modificando durante los últimos 30 años. Esto ha permitido, entre otras, ampliar la cobertura de gas natural a mas de 34 millones de personas, y la de energía eléctrica a mas del 97% de la población del país. Sin duda, un generador de bienestar como pocos en la historia de Colombia.
Pero como todo en la economía, se requieren reformas para permitir avanzar en una prestación del servicio más eficiente, incorporando las mejores prácticas y nuevas tecnologías, como la generación con fuentes renovables.
Sin embargo, el problema no está correctamente diagnosticado por el gobierno y, en consecuencia, las soluciones que ha propuesto no resolverían lo que hay que resolver. Las soluciones están a la mano y han sido propuestas en múltiples foros por múltiples expertos. Y no son tan complejas de adoptar. Se requiere es de voluntad política.
Energía Eléctrica: Hay que incorporar más generación para atender la creciente demanda de electricidad. El margen de reserva de confiabilidad del sistema va a desaparecer entre 2025 y 2026, dejando al país vulnerable a racionamientos locales por no tener suficiente energía para el consumo nacional. Las herramientas para la expansión existen, particularmente el mecanismo de cargo por confiabilidad. Hay que hacer una subasta de cargo ya, sin limitación de tecnologías, y que incluya el gas natural y el abundante carbón que tiene Colombia. Por otro lado, es fundamental evitar el apagón financiero del sistema, y para esto también existe la solución. El estado debe desatrasarse en el pago de los subsidios de energía y la opción tarifaria, generada durante la pandemia. Finalmente, ciertas reformas al sistema, como el despacho intradiario de las plantas de generación, que permitiría una formación de precio mas eficiente de la electricidad durante el día, son fundamentales para modernizar la regulación y generar beneficios a los usuarios.
Gas Natural: Cómo ocurre con la electricidad -y con todos los sectores en donde la demanda crece más que la oferta- lo que falta en el país es aumentar el suministro de gas natural. Esto se logra mediante el incentivo a la producción local, no poniendo barreras y reglas que impidan la exploración y producción de gas on shore y off shore. También se requiere de manera urgente la conexión de los campos off shore en el Caribe.
Un tema transversal a estos dos sectores es el del licenciamiento y el de consultas previas. Sin tener mecanismos ágiles para expedir la licencia ambiental, será muy difícil lograr ampliar la producción de energía y gas en la escala que requiere el país.
Nuevamente, soluciones hay. Falta voluntad y acuerdos políticos para implementarlas.