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Los parásitos que viven
de inventar trámites
Por juan david escobar valencia - opinion@elcolombiano.com.co
El objetivo de establecer reglas está material y racionalmente soportado en buscar que el juego sea limpio y los ciudadanos y las organizaciones compitan sin beneficiarse al usar atajos que reemplacen la incapacidad de hacer cosas que otros saben hacer mejor, siendo responsables, inteligentes, y sin atentar contra la salud, los bienes y la seguridad de los demás. En ello descansa la justificación de la existencia del Estado, un tercero pequeño, imparcial y obsesivamente efectivo (eficacia con eficiencia), ocupado por expertos en los temas que garanticen de forma implacable la seguridad y promuevan la competencia limpia para que la sociedad mejore y sea viable en el largo plazo.
Pero cuando el Estado es tomado por ineptos y codiciosos mediocres, ya sea por vía de la fuerza en las dictaduras, o en la democracia por culpa de votantes tibios, ingenuos o ignorantes que piensan con el intestino delgado, el Estado no es el guardián de la sociedad ni promotor de la excelencia, sino que se convierte en un parásito o tumor maligno que invade progresivamente todos los tejidos para extraer nutrientes y recursos que necesitan los órganos que garantizan la existencia. Deja de ser un vigilante de las normas virtuosas y se convierte en un vampiro que obtiene más sangre aumentando los trámites para que quienes de verdad hacen el trabajo, las empresas y los ciudadanos, tengan que depositar en cada uno de los crecientes trámites, (que representan un cargo público adicional que el politiquero convierte en patrimonio), una parte de su energía y recursos, y surja “coincidencialmente” la opción de un “atajo” al nuevo paso en forma de “incentivo” al funcionario público respectivo para que permita que el proceso siga al paso siguiente. En el mundo de las aduanas se llama “habilitación”, a lo que lubrica el paso hacia el próximo retén, que también tendrá que “habilitarse”. Por mi casa a eso le dicen extorsión, pero no lo diré aquí.
Los politiqueros ineptos y cleptómanos saben que sus bolsillos engordarán mientras más se dificulte artificialmente el proceso con normas y trámites irracionales, o simplemente “retrasando” el trabajo que deben hacer. Pero lo que no entienden estos parásitos mononeuronados, es que cuando sus víctimas compiten a nivel global con países que eliminan trámites idiotas y surrealistas, como por ejemplo está haciendo Argentina, es fácil saber quién tardará menos tiempo corriendo los 3000 metros, si tu pista es plana o estás en la que tiene obstáculos, y al final no solo perderán la “mordida” sino el puesto, porque el corredor terminará desistiendo de intentarlo y aspirará a vivir de los subsidios de un Estado, que morirá inmediatamente cuando no tenga a quien chuparle la sangre.
Cuando tenemos políticos y administraciones públicas, nacionales y regionales empeñadas en poner impuestos por todo, como sobretasas a la energía, impuestos al patrimonio para tapar huecos insondables y mantener instituciones zombis que no generan riqueza o promueven condiciones para ello, aumentar tarifas de registros en las cámaras de comercio, parafiscales y primas; en vez de empeñarse en eliminar trámites ridículos y hasta cínicos, uno no sabe en qué estado de demencia está alguien que quiera ser un empresario legal en Colombia.