Cada quien cree en lo que quiere y necesita creer y eso se hace más evidente este final de año cuando llega el momento propicio para hacer rituales que nos “aseguren” un mejor año 2026. Los rituales y las supersticiones nacen en los tiempos más lejanos de la historia, se dice que desde la época romana y que incluso en nuestras raíces indígenas y africanas han estado muy arraigadas desde siglos atrás. La idea es la misma: atraer abundancia, amor, buena suerte, prosperidad y más.
Pero con los años estas tradiciones han cambiado, aunque la ropa interior amarilla siguen vendiéndose en las calles –como uno de los agüeros más usados para atraer dinero, prosperidad y buena suerte–, ahora se comparten en redes sociales rituales “más juveniles” como las jovencitas que reciben el Año Nuevo debajo de la mesa para asegurar que terminarán el año con pareja nueva, por ejemplo.
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Y como hay para todos los gustos y creencias, aquí les contamos qué rituales están de moda para recibir el Año Nuevo, pero también cuáles de los tradicionales siguen vigentes.
Rituales de ayer
En los ritos colombianos para recibir el Año Nuevo no pueden faltar las 12 uvas (que se van comiendo de acuerdo a las campanadas del nuevo año, cada una con un deseo concreto), salir a darle la vuelta a la manzana con una maleta para augurar más viajes, llenarse los bolsillos de lentejas para atraer prosperidad material y el empleo.
A los ya mencionados “calzones” amarillos se suman los rojos para atraer el amor y estrenar ropa para empezar el año renovados.
Otro ritual tradicional nos lo recuerda la astróloga profesional y consultora del feng shui, Tavata, @Tavatanet en redes sociales, y es un muy buen aseo el 31 de diciembre: “Es una tradición china para cerrar un año y empezar el nuevo año con una energía nueva y fresca hacer a gran escala la limpieza (barrido)”. Hay que botar lo que no se use, lo que esté roto, lo que esté malo y empezar el año con su casa bien limpia y renovada.
“También se debe mantener la nevera, los baños, los escritorios y el clóset lo más organizados y limpios posibles para que todo fluya muy bien todo el año”, dice Tavata.
Otro ritual que ya se ha visto en años anteriores es el de quemar muñecos de año viejo. Ahora los venden pequeños para hacer el pequeño ritual en casa, “es un ritual para alejar la mala suerte”, dice la especialista.
El sahumerio o quemar palo santo es una creencia que viene también de los abuelos y está asociada con la medicina. En la antigüedad los médicos “limpiaban” los cuartos de los muertos con sahumerios, en una época en la que la penicilina no existía. Antes se usaba para sacar las malas energías, hoy se usa para atraer buena suerte.
Nuevos rituales
A la tendencia de meterse debajo de la mesa justo a las 12 de la noche y salir cuando hayan pasado las doce campanas –para atraer pareja el nuevo año– se suman otros rituales modernos.
Tavata nos cuenta que mucha gente, por ejemplo, está teniendo la costumbre de colocar flores (ideal amarillas, si es negocio girasoles) cerca a la puerta de entrada para darle la bienvenida a un año saludable, enérgico, vital, alegre, prospero.
Ya en EL COLOMBIANO habíamos hablado en años anteriores del tablero de las visualizaciones o vision board, un ritual que viene tomando mucha fuerza desde hace varios años. “Este consiste en un espacio del cuarto o de la sala en el que los creyentes recortan palabras o siluetas de revistas y las pegan para ‘ver’ cómo será su vida. En ese orden de ideas, si la persona quiere formar una familia entonces pegará en el tablero una casa, unos niños o la silueta del perro. Cada día esas imágenes le recuerdan a quien las recogió cuáles son sus sueños y de alguna manera lo invita a ir tras de ellos. Y ese es otro rasgo de las creencias actuales: mezclan algunos elementos de la psicología con las creencias de la Nueva Era”.
Algunos especialistas recomiendan que justo este año ese tablero o mapa de deseos no se haga ahora en diciembre sino ya en enero, por un tema de numerología y cábala. Es un buen plan para el 1 de enero, por ejemplo. El psicólogo Johnny Orejuela, doctor en psicología de la Universidad de São Paulo, Brasil y profesor adjunto del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca, España, recomienda hacer “el mapa de deseos o manifestación”, en cartulina amarilla, “el color amarillo es clave en los rituales de manifestación, hace parte de una estética-energética, no solo simbólica, pues representa y atrae la abundancia”, explica.
Algo similar a ese tablero o mapa puede ser la lista de deseos, ahí Tavata se pregunta si hay alguna que todavía quiera lograr en el 2026 y no lo hizo en 2025, ¿sí es necesario escribirla de nuevo?
Una lista puede ser importante según lo explica el psicólogo Orejuela: “Si tienes una meta o deseo y no lo declaras y ritualizas es menos probable que lo cumplas porque es más fácil que lo olvides, no te comprometas con ello, no prestes atención ni dediques esfuerzos y recursos a ello, por eso es importante declararlos, escribirlos y ritualizarlos así fijas tu intención y alineas con ello tus acciones, decisiones y recursos, pues te están obligando a ser consistente y comprometido con aquello que declaras y dices desear lograr ser, hacer, tener o estar”, detalla el psicólogo.
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Otro ritual nuevo es el famoso Otoshidama japonés que consiste en entregar dinero en sobres especiales a los niños. “El pensamiento mágico indica que así la buena suerte circula de una generación a otra, removiendo las energías oscuras de los adultos y haciendo que las energías limpias de los niños impregnen a toda la familia”.
Por último, otro ritual más reciente consiste en que si tiene animales en casa los bañe el 31 de diciembre. “Esto equilibrará las energías para la buena fortuna del Año Nuevo”, dice Tavata.
Sea cual sea su creencia, el psicólogo Orejuela concluye que los rituales o agüeros de fin de año “como acciones ceremoniales –que son excepcionales respecto de las acciones cotidianas– operan como formas de declaración y compromiso que vectorizan, dan fuerza y sentido, a las acciones”. Entonces anímese y que tenga un gran año 2026.