La humanidad ha observado durante siglos al Sol, pero nunca antes lo había contemplado desde una perspectiva polar.
Esa espera terminó el pasado marzo, cuando la nave Solar Orbiter, de la Agencia Espacial Europea (ESA), captó las primeras imágenes nítidas del polo sur solar. Las fotografías, dadas a conocer el miércoles 11 de junio de este año, constituyen un hito histórico en la exploración del astro y abren una nueva era en la comprensión de su comportamiento magnético.
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“Es la primera vez que la humanidad ha tenido una imagen de los polos del Sol. Es un logro maravilloso”, declaró Carole Mundell, directora científica de la ESA a The New York Times. Hasta ahora, los polos solares eran apenas visibles desde ángulos laterales, y los científicos los comparaban con “mirar a través de hierba”, en palabras del físico espacial Mathew Owens, de la Universidad de Reading.
Las imágenes fueron obtenidas gracias a una órbita innovadora que ha llevado al Solar Orbiter a inclinarse 17 grados por debajo del ecuador solar. Este cambio de perspectiva fue posible gracias a impulsos gravitacionales proporcionados por encuentros con Venus, que permitieron a la nave alejarse del plano orbital de los planetas y mirar directamente hacia los extremos solares. A diferencia de otras misiones anteriores, como la nave Ulysses, esta lleva cámaras diseñadas especialmente para capturar la superficie del Sol.
Un campo magnético sin polos definidos
Lo que revelan estas imágenes es un panorama complejo: un patrón moteado de actividad magnética, con intensas manchas de color rojo y azul que indican zonas de fuerte magnetismo. El fenómeno, según los científicos, es producto de un campo magnético solar en transformación, en el contexto de su ciclo de actividad de 11 años. Actualmente, el Sol está saliendo del llamado máximo solar, lo que podría implicar un inminente cambio en su polaridad magnética interna.
“Cuando el Sol está en su mínimo, tienes un polo norte y un polo sur, cada uno con su propia polaridad magnética”, explicó Anik De Groof, jefa de misión del Solar Orbiter. “Ahora, el campo magnético es una especie de desorden”, añadió. Esto significa que no existe un polo magnético claro en ninguno de los extremos, una condición que podría afectar profundamente la dinámica solar.
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Los científicos consideran que conocer a fondo estas regiones polares será esencial para anticipar los efectos del clima espacial. Un cambio en la intensidad del campo magnético en los polos puede influir en la actividad en el ecuador, donde se generan las erupciones más poderosas. “Si se aumenta un poco el campo en los polos, cambia lo que ocurre en el ecuador”, comentó Owens.
Además de estos descubrimientos magnéticos, los instrumentos del Solar Orbiter también han detectado cómo la luz y el plasma varían según la altitud sobre la superficie solar. Las imágenes del instrumento SPICE revelan temperaturas que van desde los 10.000 hasta el millón de grados Celsius, lo que ayuda a abordar uno de los mayores enigmas de la física solar: ¿por qué la corona solar, su atmósfera exterior, es más caliente que la superficie misma?
Nour Rawafi, científico del proyecto Parker Solar Probe de la Nasa, señaló la relevancia de este avance: “Ver los polos con claridad va a abrir realmente una nueva ventana para intentar comprender la atmósfera solar y el interior del Sol”.
La próxima etapa de esta misión llegará en octubre, cuando se espera la publicación de las primeras imágenes del polo norte solar. Y lo mejor aún está por venir: en los años 2027 y 2029, el Solar Orbiter alcanzará inclinaciones de 24 y 33 grados, lo que permitirá vistas aún más detalladas de ambos polos, justo cuando el Sol entre en su siguiente mínimo solar.Primeras imágenes mundiales del polo sur del Sol obtenidas por Solar Orbiter.
Como resumió De Groof: “Esperamos grandes cambios en los polos”. Y gracias a esta misión conjunta entre la ESA y la Nasa, el mundo podrá verlos con sus propios ojos.