La XIV Reunión de la Comisión Mixta Permanente de Inspección de la Frontera (Comperif) se convirtió en el principal escenario para discutir la situación de la isla Santa Rosa, esto entre el 11 y 12 de septiembre.
Contexto: ¿Cuál es la importancia de la isla de Santa Rosa en la tensión diplomática entre Perú y Colombia?
En esta nueva ronda de conversaciones participaron delegaciones encabezadas por funcionarios responsables de la soberanía territorial.
Por Colombia, el director de Soberanía Territorial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Javier Pava, lideró el equipo junto a representantes de la Armada Nacional, la Dirección General Marítima (Dimar), el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), el Ideam y el Servicio Geológico de Colombia.
Y por Perú, la delegación estuvo a cargo del director general de Soberanía y Límites, Librado Augusto Orozco, acompañado por especialistas de distintas entidades nacionales, en un encuentro donde también se destacó el análisis de expertos que han señalado que la isla en disputa se habría formado en territorio peruano.
El objetivo del encuentro es revisar la dinámica fluvial del río Amazonas y garantizar la navegabilidad, un asunto importante para las comunidades ribereñas y el comercio transfronterizo; además de los recientes problemas fronterizos entre ambos países.
Un recordatorio del origen de la disputa
La isla de Santa Rosa está situada en el río Amazonas, frente a Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil). El conflicto surgió tras la aprobación, en julio, de una ley del Congreso peruano que creó el distrito de Santa Rosa de Loreto, incorporando formalmente la isla a la jurisdicción de Perú.
El Gobierno colombiano cuestionó esta decisión, señalando que el territorio no ha sido asignado de manera definitiva en el marco de los tratados bilaterales vigentes. Según la Cancillería, el acto legislativo peruano desconoce los instrumentos jurídicos binacionales.
Por su parte, el Ejecutivo peruano sostiene que Santa Rosa forma parte de la isla de Chinería y que la jurisdicción sobre este territorio ha estado históricamente bajo control peruano.
En su postura oficial, Perú argumenta que la medida respeta los acuerdos de límites establecidos hace más de un siglo.
Sobre la frontera amazónica entre Colombia y Perú, está regulada principalmente por el Tratado Salomón-Lozano de 1922 y por el Protocolo de Río de Janeiro de 1934. El primero estableció que la delimitación se daría siguiendo el “thalweg” del río Amazonas, es decir, la línea más profunda de su cauce navegable.
El Protocolo de Río de Janeiro, firmado tras el conflicto de 1932-1933, ratificó la vigencia de este principio y permitió restablecer las relaciones bilaterales. Desde entonces, la frontera se ha mantenido con base en esa definición técnica, aunque la dinámica fluvial ha generado cambios en la conformación de islas y bancos de arena.
Colombia sostiene que Santa Rosa no fue asignada explícitamente en estos instrumentos y que, por lo tanto, cualquier decisión debe ser evaluada en instancias binacionales. Perú, en cambio, insiste en que los tratados le otorgan soberanía plena sobre el territorio, reforzada por las labores de la Comisión Mixta Demarcadora.
El 7 de agosto, Gustavo Petro visitó Leticia y dedicó parte de su discurso presidencial a la disputa territorial. Desde allí, afirmó que Perú desconoció los acuerdos bilaterales con la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto.
Un día después, el canciller peruano Elmer Schialer anunció que dialogaría con su homóloga colombiana encargada, Rosa Villavicencio, para atender los reclamos de Petro. En su pronunciamiento, calificó las declaraciones del presidente colombiano como “sorprendentes e inusitadas”.
Por ahora, con estas reuniones, la Comisión Mixta Permanente de Inspección continuará como espacio de seguimiento a la navegabilidad del río Amazonas y a los asuntos relacionados con la delimitación y el uso de los territorios fluviales compartidos.
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