Una víctima inocente, una madre que llora a una hija, un agresor que intentó quitarse la vida y una comunidad consternada, así puede resumirse lo ocurrido este fin de semana en el municipio de Mosquera, en Cundinamarca, tras el atroz crimen de una menor de nueve años, presuntamente, a manos de su expadrastro.
Los hechos ocurrieron en la madrugada de este domingo, 14 de septiembre, en una vivienda del barrio Recodo, en medio de una acalorada discusión entre una mujer y su expareja, quien terminó atacando a la hija de su excompañera, una menor de tan solo nueve años.
El hombre, de 33 años y cuya identidad no ha trascendido –así como tampoco el de la madre y la menor fallecida–, en un acto demencial, habría apuñalado 40 veces a la niña, quien fue auxiliada por la Policía y alcanzó a ser trasladada con vida a un centro asistencial, pero finalmente murió por la gravedad de las heridas.
Diego Alberto Piza, secretario de Seguridad de Mosquera, indicó que los hechos se reportaron sobre las 4:40 de la mañana, “recibimos el llamado de auxilio por parte de la comunidad frente a un posible caso de violencia intrafamiliar. La Policía actúa de manera rápida y llega aquí a la vivienda. Haciendo uso legítimo de la fuerza ingresa bajo los llamados de auxilio, y encuentra a una menor con múltiples heridas con arma cortopunzante, y a un sujeto de unos treinta años”.
Pero además de encontrarse a la menor herida, las autoridades también hallaron al presunto agresor autolesionándose para evitar ser capturado por el crimen que acababa de cometer.
El hombre no alcanzó a quitarse la vida, fue capturado por los policías. Permanece en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en custodia de las autoridades.
El secretario de Seguridad del municipio afirmó que el motivo de la discusión aún es materia de investigación y que el agresor no tiene antecedentes penales.
En el lugar de los hechos vivía la menor víctima, su hermana, la madre de ambas y su padrastro.
Tras confirmarse la muerte de la menor, vecinos y habitantes del municipio realizaron una velatón a las afueras de la vivienda donde ocurrió el asesinato. El clamor fue solo uno: justicia.