Este domingo el presidente Gustavo Petro instala el último año de sesiones legislativas. Todo ello, en medio de tensiones institucionales persistentes, choques con el propio Congreso y un clima cada vez más agudo de confrontación.
Si bien se tenía previsto que la instalación fuera sobre las 3:00 de la tarde, pasadas las 3:30 en el Elíptico aún estaban haciendo llamado a lista de senadores y representantes.
En plata blanca, este año legislativo será el último chance para que el jefe de Estado pueda materializar sus mentadas reformas sociales.
En el caso de Petro, además de buscar que se concrete su reforma a la salud –que ya se tramita en el tercero de sus cuatro debates–, el desafío es aprobar otra reforma tributaria, así como el controvertido proyecto para procesar a las estructuras de crimen organizado que participan en las mesas de la política de “paz total”.
En un hecho inusual, sobre las 3:50 de la tarde arribó al Elíptico la vicepresidenta Francia Márquez, quien acudió en solitario y no acompañada del presidente y su gabinete, como es usual.
Tanto en Senado como en Cámara fueron designadas las comisiones de congresistas que recibirán al jefe de Estado. Se trata de un acto protocolario.
Comisión Senado
Martha Peralta (Pacto Histórico)
Aida Quincué (Pacto Histórico)
Jael Quiroga (Pacto Histórico)
Paulino Riascos (ADA)
Catalina Pérez (Pacto Histórico)
Gloria Flórez (Pacto Histórico)
Antonio Correa (Partido de La U)
Inti Asprilla (Alianza Verde)
Claudia María Pérez (Partido Liberal)
Pedro Flórez (Pacto Histórico)
María José Pizarro (Pacto Histórico)
Gustavo Moreno (Alianza Verde)
Imelda Daza (Pacto Histórico)
Comisión Cámara
Martha Alfonso (Alianza Verde)
Liliana Rodríguez. (Alianza Verde)
María del Mar Pizarro (Pacto Histórico)
Carmen Ramirez (Pacto Histórico)
Tamara Argote (Pacto Histórico)
Ruth Caicedo (Partido Conservador)
Astrid Sánchez (Partido de La U)
Saray Robayo (Partido de La U)
Kellyn González (Partido Liberal)
Karina Bocanegra (Partido Liberal)
María Eugenia Lopera (Partido Liberal)
Karime Cotes (Partido Liberal)
Karen Manrique (CITREP)
Ingrid Aguirre. (Fuerza Ciudadana)
María Fernanda Carrascal (Pacto Histórico)
Sobre las 4:30 de la tarde arribó formalmente al Congreso el presidente Gustavo Petro acompañado por el ministro del Interior, Armando Benedetti, así como el jefe de despacho presidencial.
El primero en hablar fue el saliente presidente del Senado, Efraín Cepeda, quien defendió que durante la legislatura hicieron las veces de “guardianes del orden”, al tiempo que reclamó que durante el periodo “tuvimos que levantar la voz, sin estridencia pero con firmeza, para recordar a la nación que el Congreso no es una institución decorativa”.
“Este año legislativo, más que ningún otro, nos enfrentó al desafío de proteger esa libertad de pensamiento. Tuvimos que defender la autonomía del Congreso frente a una cultura política que, a veces, confunde el disenso con la traición, el control con la obstrucción, y la crítica con el odio”, dijo.
En esa línea, Cepeda advirtió que debatir “no es un acto hostil” y que cuestionar “no es sabotear”. Por ello, sostuvo que la política democrática “no es la imposición de una voluntad, sino la construcción de acuerdos entre voluntades diversas”.
Según el congresista, cuando el poder no entiende lo anterior, “cae en la tentación de anular al contradictor. Y cuando eso ocurre, ya no estamos ante un gobierno democrático, sino ante una voluntad absolutista”.
Si bien reconoció que el clima de polarización no es nuevo, Cepeda advirtió que se ha agudizado y que el mesianismo político “siempre termina debilitando la democracia”.
“A lo largo de estos meses, hemos visto cómo se intenta transformar la discrepancia en delito, la autonomía en insubordinación, la independencia en enemistad. Hemos sido testigos de la descalificación sistemática de todo aquel que piensa distinto: se agrede y se insulta. Ya no se discuten ideas, se estigmatizan personas”, agregó.
Además de reivindicar la importancia de los pesos y contrapesos, Cepeda cuestionó el desprecio al Congreso, la descalificación de la justicia, el descrédito de la prensa o los cuestionamientos “sin pruebas” a los órganos electorales.
“Por eso esta legislatura ha sido un punto de inflexión. Porque debimos recordarle al país que sin separación de poderes no hay república. Que sin autonomía del Congreso no hay representación. Que sin justicia independiente no hay garantía de derechos. Que sin prensa libre no hay control. Que sin un órgano electoral confiable no hay democracia”, manifestó.
Cepeda reprochó también el atentado contra el senador Miguel Uribe (Centro Democrático), además de recordar que “el respeto entre poderes no es cortesía institucional, sino base de la convivencia republicana”.
“Hemos sido objeto de señalamientos infundados. Se ha insinuado que el Congreso obstruye por egoísmo, que actúa por cálculos políticos, que no representa al pueblo. Y sin embargo, el Congreso sigue aquí, sesionando, tramitando, deliberando, votando. No por inercia, sino por convicción. Porque entendemos que nuestra legitimidad no depende de la aprobación del Ejecutivo, ni de la simpatía popular de turno, sino del mandato constitucional que nos otorgó el pueblo. Porque la democracia no es el gobierno de una parte del pueblo contra otra, sino el gobierno de todos con respeto a todos. Esa es la raíz del principio republicano”, manifestó.