El Centro Democrático está viviendo una situación particular de cara a las elecciones presidenciales: el atentado contra Miguel Uribe y la condena contra el expresidente Álvaro Uribe. Esto está provocando que, desde hace unas semanas, dentro del partido estén tomando posiciones sobre la situación del partido.
A veces uno lee los mensajes en X del expresidente Álvaro Uribe y sugiere –con su juicio y con el atentado a Miguel Uribe– que hay una confabulación contra el Centro Democrático. ¿Eso está pensando el partido?
Nosotros sabíamos, inclusive antes de la elección de Petro, que si él era el presidente, el único partido que asumiría la oposición de principio a fin sería el Centro Democrático, y que eso iba a tener un costo.
No sabíamos que a este nivel tan impresionante, cuando inclusive está de por medio la vida de nuestro compañero, Miguel Uribe, que sigue luchando.
¿Está diciendo que el atentado a Miguel Uribe fue el costo pagado por hacer oposición?
Eso y más. Porque, además, tenemos alertas muy serias de atentados y amenazas contra otros compañeros del partido. Eso no está sucediendo con nadie más, porque nadie más ha enfrentado al Gobierno como lo hemos hecho.
Eso lo hemos alertado desde que plantearon el Pacto de la Picota que hoy configuran con los beneficios a los presos en las cárceles de Colombia; lo que sucede con Itagüí y muchas otras expresiones.
La amenaza, el costo; lo que estamos pagando es enfrentar a Petro.
Pero eso es una acusación demasiado grave. ¿Está planteando que habría una responsabilidad de parte del Gobierno en el atentado contra Miguel Uribe?
Pero por supuesto. Petro es el responsable político de la situación que vive Miguel Uribe, de las amenazas a los otros compañeros del partido.
Cuando Petro era oposición, lo único que hizo fue crecer y proyectarse políticamente.
En cambio hoy nuestro compañero está en una cama; el expresidente Uribe está enfrentando una situación judicial donde el que se declara víctima es su ministro de Justicia; compañeros nuestros tienen amenazas serias, directas, de grupos armados. Ellos son los responsables. Y ni qué decir de la desatención en materia de seguridad de Miguel Uribe que ha quedado claramente denunciada.
Hay que decir que este no es el único gobierno en el que la oposición ha sufrido...
Las oposiciones en los últimos años habían adquirido garantías, independientemente de si fue el Gobierno de Uribe. Hasta en el Gobierno de Santos nunca supimos lo que era un nivel de estos atentados. En el Gobierno Duque qué no hicieron, crecieron políticamente con todas las garantías de protección.
Pero esa es la democracia, la idea es que la oposición pueda existir...
Hoy estamos en un escenario absolutamente diferente. No se puede olvidar que cuando pasa el atentado contra Miguel Uribe, ¿cuál fue la primera reacción del presidente Petro? Una disertación larguísima diciendo si eran árabes o de otra parte; entorpecer la investigación; crear líneas paralelas de información. Ha sido denunciado por el abogado de la familia el miércoles ante la CIDH. La Fiscalía va por una línea, el Gobierno entorpece con otras.
Aquí hay cosas muy graves de fondo, y nosotros las hemos tenido que denunciar. Eso es lo que hoy estamos pagando como oposición: enfrentar un Gobierno que, hay que decirlo, ha incorporado sectores ligados a la criminalidad, que juegan entre la legalidad y la ilegalidad.
El legado que le queda al país es que en el Congreso estamos enfrentado unas FARC en la política, unas FARC en armas.
¿Qué hipótesis tienen sobre el atentado contra Miguel Uribe?
Una de las denuncias que hacemos es la tardanza de la omisión en las respuestas ante un hecho de semejante magnitud. Hoy, lo que nos han dicho, casi dos meses después, es “probablemente fue la Nueva Marquetalia”.
Y nosotros tenemos que enfrentar a la señora Sandra Ramírez en el Congreso, miembro del Partido Comunes y su hijo es el segundo al mando de Nueva Marquetalia.
Entonces alguien dirá “No, pero es que las responsabilidades penales son individuales”. Yo creo eso. Pero uno no puede perder de vista lo que está sucediendo.
Entonces, por un lado, recibimos el ataque de estos sectores en el Congreso y por el otro lado familiares suyos, gente ligada al mismo partido, a esa expresión de ilegalidad, pues pueden ser los responsables del atentado a Miguel Uribe. Lo que le ha quedado al país es la combinación de la política y las armas. A nosotros no nos cabe ninguna duda de eso.
No se entiende por qué, en tiempos de alta tecnología de investigación, no se tienen todavía noticias claras de quiénes son los responsables del ataque a Miguel Uribe...
Nosotros no le estamos pidiendo a la Fiscalía salga y hable de las líneas de investigación, pero no pueden pasar dos meses sin que sepamos que lo único que han hallado son unos sicarios de Bogotá y punto. Y uno que se les fugó ayer del ICBF y no pasa nada.
Yo quisiera ver lo que estuviera sucediendo si le hubieran lanzado una piedra a un dirigente de la izquierda en Colombia, paralizan el país. Lo queman, bloquean, queman la Fiscalía; todos sabemos las formas. Lo que quiero insistir de fondo aquí es claro que es el costo que asumimos por estar enfrentando un gobierno que evidentemente pactó con los criminales para sostenerse y llegar al poder. El Pacto de la Picota es la configuración de eso.
Han llegado al Congreso a materializar ese apoyo con el proyecto de Ley de Sometimiento, que no es más que el blanqueo de los bienes del narcotráfico, de la delincuencia, de la extorsión.
Ahora, si ese proyecto se hace realidad, quedarían con el 12 % de los bienes producto de la extorsión. Pongamos el caso de Medellín y Antioquia: usted delinque, extorsiona, vacuna, narcotrafica; se va a la cárcel y el compromiso con el Gobierno es “venga, yo lo excarcelo”.
Pero además le dejo el 12 % de esa riqueza mal habida.
Si tienen un billón de pesos, el 10% son $100.000 millones. Con eso tienen para vivir a sus anchas. ¿Pero esa es difícil que pase en el Congreso?
Yo no creo ya nada difícil en el Congreso, yo era escéptico y decía “van a llegar unos meses donde esta gente va a empezar a echar atrás”. ‘Echar atrás’ es que ahí están. Ahí hay expresiones mayoritarias del Partido Conservador, del Partido de la U, de otros sectores liberales auspiciando eso. Qué tristeza.
Yo no sé cómo irán a llegar al 26 a pedir el voto a nombre de quién, haciendo lo que hoy hacen. Ahí están los casos evidentes de lo que tanto reprocharon, de la compraventa y la transacción del Congreso. La desinstitucionalización del Congreso de la República por la vía de la cooptación burocrática. Eso es lo que han hecho.
El otro capítulo es el juicio al expresidente Álvaro Uribe y su condena. ¿Cómo leen en el Centro Democrático eso?
Como una enorme injusticia. Yo fui testigo de ese proceso y viví hechos de los que a él hoy lo acusan que son absolutamente falsos. Lo dije ante la justicia bajo la gravedad de juramento con lo que eso implica. Como lo van a definir como determinados de un delito del que él se entera 10 meses después y él único testigo fui yo.
Además fue el juicio más rápido de la historia. Un juicio dura dos años y medio. Y este duró 60 días. Eso no tendría problema si no va en detrimento de las garantías, como pasó.
Todo empieza por la persistente actividad del senador Iván Cepeda en visitar cárceles, lo que ha quedado evidenciado; para preguntarle a personas qué sabían de Álvaro Uribe Vélez y de su hermano, y si conocían algo y dijeran tendrían beneficios. Ahí quedó probado que le ofrecía a las familias del testigo llevárselos a Argentina, les dio plata, los llevó a Bogotá. La juez dijo que era actividad loable, que no era problema. Pero si lo hacía Uribe era compra de testigos.
En una de esas actividades del abogado Diego Cadena, indebidamente, hay que decirlo entregó unos recursos a un preso en una cárcel del Valle.
Más allá de eso, eso es responsabilidad de él. El testigo en una audiencia en 2017, antes de que iniciará el proceso Uribe, dijo voluntariamente “señor juez tengo algo que decir es que el señor Iván Cepeda vino a la cárcel a ofrecerme beneficios si decía esto y esto”. En un proceso diferente, no se había iniciado el litigio de Uribe. El abogado Cadena aborda a esa persona, posteriormente, en su investigación. Y Cadena indebidamente, creo que no ilegalmente, le dijo vea esta ayuda humanitaria.
El dijo que un hijo... pero independientemente de eso, que uno lo puede valorar, la conclusión es que a Uribe lo están condenando como determinador de esa entrega. Es decir, como si él hubiera ordenado que Cadena entregara esa plata, cuando Uribe se enteró 10 meses después.
¿Qué papel jugó usted como testigo?
Diez meses después de ese hecho de Cadena y Carlos Vélez en una cárcel del Valle, el abogado Cadena busca al expresidente Uribe en Bogotá. Se preocupó no se qué le pasó, pero le dijo tengo que contarle que yo entregué una ayuda a título humanitario.
Uno ve a Cadena muy presto a preguntarle a Uribe por otra acción legal, y él le dice “proceda doctor Cadena”, ¿por qué en este caso se habría demorado 10 meses para contarle?
Creo que Cadena pensó que esas ayudas no iban a tener trascendencia hasta que el testigo Vélez, que además fue condenado por falso testimonio en otro caso en el que hizo condenar a su expareja con una mentira, empezó a extorsionar a Cadena. Entonces Cadena se alerta y viene y le cuenta a Uribe. Nadie puede ser determinador de lo que conoce después.
En ese momento yo era el coordinador del equipo de trabajo del expresidente Álvaro Uribe en el Congreso. En las conversaciones, Uribe tiene una práctica: no tiene una conversación sin un testigo para poder sostener en público lo que se habló en privado.
Tuvimos una reunión el 19 de junio de 2019 en el Congreso, tercer piso del Capitolio, en la oficina de Álvaro Uribe en ese momento.
Si usted a mí me pregunta sobre eso o me hubiera pedido una autorización sobre eso, yo no se lo dejo hacer, no se lo permito. Tengo esas palabras acá (se señala la cabeza) de esa reunión.
No dimensionábamos que, posteriormente, la justicia iba a utilizar eso como un misil contra Uribe y su defensa.
¿Por qué la justicia va a creer en alguien que es subordinado de quien está siendo acusado?
Porque no se entienden los testimonios por subordinación, sino por la veracidad y la confrontación de los testimonios. Pero la juez no me tuvo en cuenta.
Cuando la juez determina las pruebas de este juicio donde condenan a Uribe y la defensa dice: “Hernán Cadavid es importante para este episodio”. la juez dice “no, no es importante. Para qué me lo van a traer si yo ya sé qué me va a decir”. Esa no puede ser la respuesta de una juez. Se apeló en el tribunal y le dijo que tenía que escucharme.
Aquí los falsos testigos podemos terminar siendo nosotros, y al que exaltaron a valor civil, según la señora juez, fue a Juan Guillermo Monsalve, una persona condenada a 44 años buscando beneficios carcelarios.
No nos queda sino respetar institucionalidad que no implica no disentir.
Está acatado. No acatarlo sería ver a Uribe volándose de Colombia. No acatarlo verlo ausente en las audiencias. No acatarlo sería poner barricadas en los juzgados Paloquemao. Pero no nos pueden pedir no disentir sobre un fallo que consideramos abiertamente contrario a los hechos.
Nosotros apelaremos ante el Tribunal Superior de Bogotá, teniendo la esperanza que comprendan la evaluación de las pruebas en su totalidad.
¿Que si cárcel o no cárcel? Se lo tengo que decir humanamente, qué dolor para nosotros ver en el Congreso esta semana, a Uribe recibiendo una condena, con una fiscal pidiendo 9 años de cárcel, y ver estos sectores de las FARC riéndose y desafiando.
No puede ser que usted tenga allá esa impunidad burlándose, que Uribe los derrotó e impidió que llegaran al poder por la vía de la violencia, y a él sufriendo una condena cuando todos esos sectores radicales han contribuido a eso.
Vimos todos a Timochenko, vimos a Sandra Ramírez o Griselda Lobo, porque no se cuál es el nombre real y cuál el alias. Todos esos cabecillas disfrutando, a los mismos a los que les perdonaron todos los crímenes, incluso uno de ellos tratar de matar a Álvaro Uribe cuando era presidente, ahí está el responsable en la Cámara de Representantes.
Para ellos el punto de partida de un acuerdo nacional se llama Uribe condenado o muerto. Uno entiende la motivación política que hay detrás de esto. ¿Qué hace Eduardo Montealegre, el actual ministro de Justicia, como víctima en este proceso? Hemos tenido una andanada política revestida de justicia.
¿Cómo vio ese decreto que aplica la Reforma a la Salud saltándose al Congreso?
Eso es un rasgo dictatorial. No puede ser que a usted solamente le sirva lo que usted propone y si no entonces el nacimiento de las cosas es ir por un decreto.
Ningún decreto ni ninguna norma aprobada en el Congreso va a resolver la crisis de la salud como se encuentra. Pero además han dilatado completamente la orden de la Corte Constitucional de efectuarle los pagos al sistema de salud. Han dilatado, solicitan aclaración, recusan una cosa y otra, y tienen desfinanciado el sistema.
No hay que ser un experto. Cualquier persona que nos pueda estar viendo: lo de los maestros con el sistema FOMAG, que les habían dicho que iba a ser el piloto, están en la destrucción. Les cortaron los servicios en las IPS más importantes, como lo que sucedió en la Santa Fe en Bogotá. Lo padecemos quienes tenemos familiares del sector de la educación. Ha quedado comprobado el sistema de salud que propone este gobierno.
Uno siempre quiere más y optimización. Pero la gente la trajeron hasta este punto diciendo: “Tenemos el peor sistema de salud del mundo”. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Y cuando los colombianos empezaron a entender que estábamos perdiendo un gran sistema, que no había que sacar plata de nuestro bolsillo, para una hospitalización, que los que atendieron en el COVID no tuvieron que hipotecar sus casas... que por supuesto había tardanzas, pero era un sistema que funcionaba... entendimos lo que estábamos perdiendo.
Aquí no hay que pensar ya en Petro o no. Es en lo que está pasando. Porque ellos no van a modificar su pensamiento.
Nosotros vamos a tratar de corregir o impedir que se implemente la reforma a la salud vía decreto, por la vía judicial, que es lo que hemos hecho siempre: ante la justicia, tratar de bloquear esos decretos. Y pensar ya en los próximos meses. Faltan 7 meses para la elección del Congreso, 9 tal vez para la elección del próximo gobierno.
Puede ser. El Gobierno está desesperado por caja para las elecciones del próximo año y no la está teniendo fácil por su propio desorden. No habrá lugar a que la transición del decreto o de la reforma vía Congreso pueda hacerse durante el gobierno Petro. Eso se toma por lo menos dos años. Lo que hay que hacer es confiar y organizarnos para que el próximo gobierno tumbe esos decretos y refinancie el sistema.
Con Miguel Uribe, que era uno de los precandidatos del Centro Democrático, y con el expresidente Uribe condenado, ¿qué va a hacer el Centro Democrático?
Nosotros siempre hemos estado apaleados, pero queremos salir adelante. Hemos salido y esta lo vamos a volver a hacer.
Este partido nació en oposición al Gobierno de Juan Manuel Santos, como partido. Este partido ha llevado más tiempo en oposición que en gobierno desde que nació, el año 2014.
El partido Centro Democrático, desde que establecimos la vida jurídica, ha estado más en acción de oposición y con cargas muy pesadas encima que hay que superar.
Nosotros necesitamos superar este modelo. No es a Petro siquiera. Es el modelo que ellos implementan, es lo que han establecido. Si no, este país no resiste 4 años más con las condiciones que nos están planteando y trazando. 4 años más de ese modelo destruyen ese valor: la democracia.