Las relaciones diplomáticas entre Brasil y Estados Unidos flaquean desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que no mantiene ningún tipo de vínculo con su homólogo estadounidense.
El mandatario brasileño responsabilizó al republicano de deteriorar un diálogo histórico que ha marcado más de dos siglos de la política exterior de ambos países, según dijo en una entrevista con la BBC.
“Mira... no hay relación”, respondió Lula al ser cuestionado sobre su contacto con Trump. El presidente brasileño contrastó esta situación con otras administraciones.
“He tenido mucha relación con todos los presidentes estadounidenses. Tuve mucha relación con Bush, con Biden, con Obama, con expresidentes estadounidenses, con Reino Unido, con todos los primeros ministros, con toda la Unión Europea, con Rusia, con Ucrania, con Venezuela, con Bolivia, con todos los países del mundo”, explicó.
Para Lula, lo “extraño” es que Trump, en vez de mantener un canal con Brasilia, optó por “inventarse una historia política” que afecta a las dos economías más grandes del continente.
Según dijo, “él decidió inventarse la falsedad del déficit comercial. Después, dijo que Bolsonaro está siendo perseguido, que no hay democracia. Brasil tiene mucha democracia. De hecho, ahora se han publicado muchos artículos en Estados Unidos que muestran que Brasil está dando un ejemplo de democracia en el mundo”.
Las relaciones entre Brasilia y Washington se han tensado por el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro, un aliado de Trump, condenado a 27 años de cárcel por golpismo.
Lula no ocultó su molestia por las presiones de Estados Unidos por el caso Bolsonaro. “Si el presidente Trump hubiera hecho aquí en Brasil lo que hizo en el Capitolio, también habría sido juzgado. Porque aquí la justicia es para todos”.
Las declaraciones se producen en un contexto de escalada de tensiones bilaterales. La semana pasada, Washington revocó las visas de varios jueces de la Corte Suprema y de un ministro cercano a Lula, al tiempo que el Departamento de Estado anunció —a través de su jefe diplomático Marco Rubio— que se tomarán “nuevas acciones” contra Brasil, aunque sin precisar en qué consistirán.
En paralelo, Trump ordenó un incremento arancelario del 50% a buena parte de las importaciones brasileñas, una de las cargas más altas del mundo, bajo el argumento de que Lula encabezó una “caza de brujas” contra Bolsonaro.
Esa medida amenaza con golpear de lleno sectores clave de exportación como el café y la carne, cuyos precios podrían dispararse en Estados Unidos, advirtió el mandatario brasileño.
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“Estoy convencido de que algunas cosas también están perjudicando a Estados Unidos, porque la inflación aumentará, porque el café se encarecerá, porque la carne se encarecerá, porque el pueblo estadounidense pagará por los errores del presidente Trump en su relación con Brasil”, aseguró.
En este escenario, el jefe de Estado brasileño reiteró que su país no busca conflictos diplomáticos. “Brasil no tiene disputas con ningún país del mundo. Brasil no tiene disputas y Brasil no quiere disputas”, enfatizó, resaltando que la administración estadounidense no ha querido establecer un diálogo directo con el gobierno de Lula.