Aislados, a horas a pie del centro médico más cercano, sin luz ni agua potable, indígenas achuar sufren un brote de leptospirosis que ha matado a ocho niños en sus aldeas de la Amazonía de Ecuador.
Además de los menores fallecidos, hay 46 pacientes que reciben atención médica por esta enfermedad, causada por una bacteria que se encuentra en heces y orina de animales.
El ministro de Salud, Édgar Lama, anunció la instalación de un centro de vigilancia epidemiológica en la Amazonía, donde también hay una emergencia por fiebre amarilla. El país además está en alerta por más de 300 casos de tosferina, que afecta a menores.
Es “una situación muy difícil. Los niños están muriendo”, dice a la AFP Benjamín Uwiti, un indígena achuar de la comunidad Mashuim, en la provincia de Morona Santiago, fronteriza con Perú. El hombre de 30 años perdió a un sobrino por la leptospirosis.