Para noviembre la tasa de desempleo se ubicó en 7%, y se estima que para todo el año 2025 el indicador se mantenga en un solo dígito.
Cuando apenas está subiendo la fiebre de los festejos de fin y comienzo de año y mientras se asimilan los efectos de los anuncios del alza del salario mínimo y la emergencia económica, los datos del mercado laboral, con corte a noviembre, pasan casi que inadvertidos.
Este martes, el Dane precisó que el indicador se mantuvo en un dígito, 7%, lo que representó una disminución de 1,2 puntos respecto al mismo mes de 2024, cuando fue de 8,2%.
Quien no dejó pasar en blanco este reporte, para atribuírselo como un logro económico de su mandato, fue el presidente Gustavo Petro.
Como es usual, en su cuenta de X anotó: “Todos los noviembres siempre tienen el desempleo más bajo, por razones de ciclo productivo, Pero este es el más bajo en mucho tiempo. Se creó respecto a hace un año un millón de puestos de trabajo”.
Destacó que la mayor creación de empleo se observó en agricultura, pesca y ganadería, aunque reconociendo que es en esos sectores en los que “subsiste la informalidad”.
Añadió que el Estado está en tercer lugar. “Es decir la producción ha superado en mucho a la administración pública y a los hidrocarburos. Lo que prometí”.
Mariana Quinche, economista de BBVA Research, comentó que en términos desestacionalizados, la tasa de desempleo fue de 8,3%, rompiendo la estabilidad que había mantenido alrededor del 9% durante los últimos nueve meses.
Resaltó que frente a noviembre del año anterior, se crearon 993.000 empleos, lo que representó un crecimiento anual del 4,2%.
Añadió que este aumento se concentró principalmente en los hombres, aunque las mujeres también tuvieron un incremento significativo, en los grupos de 25 a 54 años, y en los sectores de agro, alojamiento y comidas, y construcción.
“La creación de empleo masculino se concentró en los sectores de agro y construcción, mientras que el empleo femenino creció en alojamiento y comidas”, detalló la analista de BBVA Research.
Igualmente, comentó que por posición ocupacional, el aumento se dio sobre todo entre empleados de empresa privada y trabajadores por cuenta propia.
“De hecho, al observar la posición ocupacional por sexo, se evidencia que los nuevos puestos femeninos correspondieron mayoritariamente a empleos en empresa privada, mientras que los masculinos se concentraron en trabajos por cuenta propia”, puntualizó Quinche.
Del reporte del Dane vale mencionar que la medición del desempleo en el trimestre móvil comprendido entre septiembre y noviembre de 2025, en las 23 ciudades y áreas metropolitanas, se ubicó en 8%, cifra menor al 9,1% reportado para los mismos meses del año 2024.
Las ciudades que observaron las mayores tasas de desocupación fueron: Quibdó (21,8%), Cartagena (12,6%) y Riohacha (11,7%). En contraste, las capitales con menor tasa de desocupación fueron: Manizales(7,2%), Bogotá (7,0%) y Villavicencio (6,8%).
Para el caso de Medellín y el Valle de Aburrá el indicador fue de 7,3%, inferior al promedio nacional de 8% y levemente por debajo del 7,4% registrado entre septiembre y noviembre de 2024.
De acuerdo con los datos oficiales, de los 2,18 millones de personas ocupadas en el área metropolitana, entre septiembre y noviembre, 401.000 estaban en actividades de la industria manufacturera, 392.000 en comercio y reparación de vehículos y 273.000 en la administración pública.
Al mirar las cifras del mercado laboral solo para Medellín, es decir sin incluir a los demás municipios del área metropolitana, el Dane contabilizó en la capital a 1,42 millones de empleados, número mayor a los 1,39 millones de ocupados de un año atrás.
Mientras tanto, la cifra de desempleados en Medellín que llegó a niveles de 135.000 (trimestre móvil marzo-mayo), rompió el piso de los 100.000 ubicándose en la más reciente medición en 99.000. La dinámica del mercado laboral en los últimos meses del año hace pensar que al cierre de 2025, la ciudad tendría alrededor de 100.000 desempleados.
Desde óptica de Nicolás Posada, presidente del Comité Intergremial de Antioquia, el ajuste del salario mínimo decretado para este 2026 generará una contracción del empleo formal en esta parte del país, ya que las empresas reducirán su personal y no contratarán nuevos trabajadores.
“Esto afectará especialmente a las pymes, que representan el 95% de todo el tejido empresarial colombiano, y favorecerá la proliferación de empleos informales en el país”, enfatizó el dirigente.
Posada insistió en que se producirá la sustitución de la mano de obra por tecnología, dado que los costos laborales resultarán demasiado altos en relación con la productividad.
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