Fue el punto de quiebre para Jared Dourdeville, representante de H Partners (segundo mayor accionista), quien renunció a la junta y lanzó una ofensiva pública para destituir a Zeitz y otros dos miembros históricos.
¿El motivo? Lo que llamó “una pérdida de cultura” y decisiones corporativas que, según él, alejan a Harley de su esencia.
“Free the Eagle”: la campaña para liberar a Harley
Según el informe del The Wall Street Journal, Dourdeville y H Partners activaron una guerra de poderes a través de una campaña llamada Free the Eagle, con la que buscan expulsar a Zeitz, al director independiente Tom Linebarger (17 años en la junta) y a Sara Levinson (29 años).
La estrategia: pedir a los accionistas que retengan su voto en la reunión anual del 14 de mayo. Si logran que estos tres directivos no reciban más del 50% de apoyo, tendrán que salir.
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El trasfondo es más complejo que una simple pelea de poder. H Partners acusa a Zeitz de haber vaciado la cultura corporativa con su política de trabajo remoto, de manejar la compañía desde su rancho en Nuevo México y de imponer una visión elitista que abandonó la cercanía con los fieles harlistas.
Zeitz, por su parte, apostó por una estrategia llamada The Hardwire, centrada en modelos premium, recorte de costos y un enfoque más exclusivo.
Entre motos, diversidad y descontento
Las cosas se pusieron aún más tensas cuando en julio de 2024, el activista conservador Robby Starbuck acusó a Harley de haberse vuelto “demasiado woke” por apoyar causas LGBTQ+ y realizar entrenamientos en diversidad.
La empresa tardó semanas en responder, y cuando lo hizo, suavizó sus iniciativas de inclusión. Para H Partners, ese silencio fue un error que costó ventas y alimentó la frustración de algunos distribuidores.
El enojo no es solo ideológico. La clientela de Harley envejece, las ventas globales bajan, y los concesionarios se quejan por falta de apoyo. Incluso fanáticos de toda la vida, como Steven David en Dallas, dicen que las nuevas motos perdieron el alma: menos cromo, menos rugido, se lee en el informe de The Wall Street Journal.
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¿Un CEO sin espíritu harlista?
Zeitz, quien lideró Puma antes de llegar a Harley, nunca terminó de encajar del todo con el imaginario rebelde de la marca.
Aunque logró un repunte temporal tras la pandemia, las cifras volvieron a caer: los ingresos, las ventas y el precio de la acción (que ya cayó 5% desde que estalló el conflicto) muestran un motor que empieza a fallar.
Y lo peor: el proceso para reemplazarlo ahora está empantanado. Zeitz anunció que quiere retirarse a mediados de 2025 y postuló al actual CFO, Jonathan Root, como su sucesor. Pero H Partners exige un cambio de timón inmediato y se niega a revelar su candidato.
Con la junta fracturada y los accionistas divididos, Harley-Davidson enfrenta una de sus mayores crisis desde que fue fundada en 1903. La marca que simboliza la libertad sobre dos ruedas está atrapada en un debate corporativo que mezcla estrategia, cultura, ideología y liderazgo.