En lo que va del año, el oro no deja de sorprender. Solo desde el 1 de enero, su precio ha subido más de un 21 %, impulsado por la creciente incertidumbre global.
Durante el viernes de la semana pasada, el metal alcanzó un nuevo máximo histórico de US$3.220,08 por onza, según datos de Bloomberg recogidos por EFE.
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Y la tendencia sigue: en la sesión de este miércoles, el oro al contado tocó los US$3.317,90, y los futuros estadounidenses lo llevaron hasta los US$3.315,80.
Así, el oro ha escalado un 26 % en 2025, consolidando su lugar como el activo refugio por excelencia en medio del caos global.
Trump revive la tensión: aranceles e investigación por minerales
Buena parte del impulso proviene de un nuevo episodio en la ya conocida guerra comercial.
Esta semana, el presidente Donald Trump ordenó una investigación bajo la Sección 232 para evaluar si la dependencia de Estados Unidos de los minerales críticos importados representa un riesgo para la seguridad nacional. Esto, en medio de amenazas de nuevos aranceles contra China.
El anuncio no solo sacudió los mercados de materias primas, sino que también empujó a los inversionistas a refugiarse en el oro, temerosos de una posible recesión global.
Los bancos centrales también han estado comprando a buen ritmo, y los ETF respaldados en lingotes están captando más flujo que nunca.
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Los inversionistas huyen del riesgo y apuestan al oro
A medida que las bolsas asiáticas y europeas se tiñen de rojo y los futuros de Wall Street tambalean, los inversionistas redoblan su apuesta por el oro.
Según Bloomberg, el 49 % considera al “oro largo” como la operación más atractiva del momento, superando incluso las tradicionales apuestas tecnológicas. Es la primera vez en dos años que el oro lidera en preferencia.
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El miedo a una recesión, los nuevos requisitos de exportación de chips a China y las tensiones con Nvidia y AMD también han influido.
Además, el RSI del oro supera los 70 puntos, lo que sugiere que está “sobrecomprado”, pero para los analistas, como Ricardo Evangelista de ActivTrades, los fundamentos son tan sólidos que el riesgo sigue siendo alcista.
¿Hasta dónde puede subir el oro?
Los bancos no descartan una subida mucho mayor. El ANZ Bank elevó su proyección para el oro a US$3.600 la onza para finales de año, y Goldman Sachs fue más allá: estima que el precio podría alcanzar los US$4.000 en 2026, si se mantiene el ritmo actual de compras institucionales y las tensiones geopolíticas.
Otros metales también se contagiaron del rally: la plata subió 2 % hasta US$32,94, el platino avanzó a US$960,85, y el paladio sumó 0,6 % hasta US$977,09.
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