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El escenario electoral que se tiene actualmente es el que le conviene al gobierno para buscar su continuidad en manos de Cepeda o algún otro político que logre camuflarse. Esto conlleva a que la oposición deba dejar los egos políticos y dejen de pensar en sus propósitos individuales, y se enfoquen en buscar lo que es más importante: la sociedad colombiana.
Colombia no soportaría otro gobierno como el actual, se requieren ideas y un enfoque realista a las necesidades y retos del país, en donde se busque fortalecer y no destruir, como ha sido la constante de Gustavo Petro. El escándalo político siempre será parte, pero es claro que en este gobierno la corrupción ha sido el foco reiterado y ampliado en el ambiente gubernamental nacional.
Desafortunadamente, son varios retos en el escenario electoral que son un problema y necesitan de una ciudadanía informada y que filtre las narrativas políticas que buscan dar continuidad al gobierno actual. El primer reto es la desunión en la oposición, llevando a fragmentaciones que le hacen mucho daño al país, porque no se está pensando estratégicamente, sino desde egos.
La oposición debe centrarse en un solo candidato, generar alianzas y conexiones, bajo un discurso y acciones claras, contundentes y en convicción, para buscar un proceso electoral riguroso, sin populismos y ubicado en los problemas del país, los cuales, muchos de ellos, se han incrementado o empeorado en la gestión de actual gobierno.
El segundo reto y amenaza que tiene el escenario electoral es que la criminalidad y los grupos armados están siendo parte del modelo desde su actuar en los territorios, cooptando espacios ciudadanos para que la población deba votar en favor de un gobierno que ha sido totalmente omiso y permisivo en la expansión, actuar criminal y en el aumento de control por parte de estos grupos criminales. Al ELN y las Farc (con escándalos de infiltración desde este grupo criminal en la institucionalidad del país) les conviene que se dé continuidad de este gobierno, porque como se ha evidenciado, es estratégico para ellos, al permitirse que continúen delinquiendo, fortaleciéndose y, sobre todo, puedan mantener conexiones estratégicas con el gobierno y el territorio venezolano.
Un tercer reto, son las acciones y maniobras de manejo que se puedan dar con corrupción, apoyos a cambio de favores y manipulación de ciertos sectores denominados por el gobierno como populares. En medio de la desunión de la oposición, este gobierno canaliza un sector de la sociedad que vota ciegamente por la continuidad del gobierno, porque ven en el modelo subsidiario y de promesas desde el eterno victimismo social, la forma de cambiar el país. Todo acompañado de populismo y una lucha eterna entre opresores y oprimidos.
Un último desafío que quiero evidenciar, son las dádivas económicas que se den para mantener el ensamblaje y la maquinaria del gobierno. Son muchos los sectores políticos que están en este momento señalados de corrupción y desviación de dineros, lo cual, en el próximo año, podría ser otro de los factores que impactarán en el ejercicio del voto en muchos territorios.
Se necesita unión y una ciudadanía informada, crítica y que vote a conciencia. Una clase política que se fortalezca en la dignidad y el país, sin egos y sin promesas espectaculares e improbables. Se necesita cautela y reflexión profunda para que el próximo año, no se vuelva a votar buscando cambios, pero para empeorar.
