Fueron tres días en los que el cuerpo sin vida del Papa Francisco estuvo en un ataúd abierto en la basílica de San Pedro. En una procesión solemne pasaron a darle una sentida despedida cerca de 250.000 personas, según lo confirmó el vaticano. Y si nos ponemos a hacer cuentas, la capilla ardiente de su predecesor, Benedicto XVI, congregó a 195.000 personas en 2022.
“Al fondo, el ataúd. En el medio, todo lo humano: los que creen, los que dudan, los que solo miran, los que lloran. Y el Vaticano en silencio, con un sentimiento de orfandad, de vacío”, contó la periodista Laura Ayala, quien hizo parte de esas 250.000 personas y a quien le coincidieron sus vacaciones en Roma con una despedida que desde hace varios días esta tomando tintes de histórica.
Le puede interesar: Programación completa del funeral y entierro del papa Francisco: así puede seguir el itinerario desde Colombia
Los tres días de capilla ardiente terminaron este viernes previo al funeral. Después de eso el féretro del primer papa latinoamericano fue cerrado en una ceremonia privada encabezada por el cardenal camarlengo, Kevin Farrell: “Tapó su rostro con un velo de seda blanca, le roció agua bendita y depositó una bolsa con monedas y medallas acuñadas durante su pontificado. Leyó igualmente el Rogito, una especie de obituario oficial que también se deposita en el ataúd dentro de un tubo metálico. ‘Fue un pastor simple y muy amado’, reza el de Francisco”, detallan desde AFP.
Tras sellarse, el féretro de madera y zinc, se ubicó en la plaza, ante el altar.
Su rostro nunca más será visto. Los últimos que lo vieron fueron esos 250.000 fieles que asistieron a San Pedro entre miércoles y viernes, en jornadas que llegaron a prolongarse hasta bien entrada la madrugada.
Otra colombiana, Mónica Penagos, de 61 años y residente en Italia expresó que este paso hacía el féretro de Francisco la hizo llorar mucho: “La verdad es que lo lloré mucho, era mi viejito hermoso, era nuestro papa, el papa de los migrantes”, anotó.
Puede leer: “No entra al cónclave”: las dos cartas secretas de Francisco que excluyen al cardenal Becciu por desfalco financiero
Familias enteras, monjas, sacerdotes, médicos, migrantes, turistas y hasta futbolistas como los del equipo de Roma, entre ellos sus compatriotas Paulo Dybala y Leandro Paredes, fueron a darle ese último adiós a Francisco, pero aún falta el sepelio.
El funeral empezó temprano
El entierro de Francisco comenzó muy temprano este sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma y será el primero de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
Desde las 3:00 de la mañana hora colombiana empezó la misa funeral presidida por el italiano Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
En la ceremonia participan 224 cardenales y 750 obispos y sacerdotes.
Si se despierta hoy temprano y enciende la transmisión que se hará por los canales del Vaticano en YouTube, y por algunas cadenas internacionales, podrá notar varias particularidades: las delegaciones que asisten a este funeral estarán sentadas por orden alfabético, a la derecha del altar y del féretro mirando hacia la basílica.
En la primera fila está Milei, como presidente de la patria del difunto pontífice, y el presidente italiano, Sergio Mattarella.
A continuación, siguen los diez monarcas en ejercicio y el medio centenar de jefes de Estado. Los cardenales están en el lado izquierdo.
El Vaticano confirmó la presencia de 50 jefes de Estado electos más los 10 monarcas reinantes y añadieron que “hasta ahora –viernes en la tarde–, 130 delegaciones (extranjeras) están confirmadas para el funeral del papa Francisco”.
Por ello las autoridades italianas impusieron una zona de exclusión aérea sobre Roma y desplegaron unidades antidrones con sistemas de inhibición de señales para prevenir cualquier actividad sospechosa.
Varios aviones de combate están en alerta para intervenir y los helicópteros policiales sobrevuelan el centro histórico de la ciudad. Se desplegaron francotiradores en los tejados de la Via della Conciliazione, que conduce a la plaza San Pedro, y en la cercana colina del Janículo.
Puede leer: Cincuenta jefes de Estado y diez reyes asistirán al funeral del papa Francisco este sábado
La delegación que viajará desde Colombia hasta El Vaticano está conformada por la canciller Laura Sarabia; la primera dama, Verónica Alcocer (quien, según lo que dijeron fuentes de Presidencia a EL COLOMBIANO, pagará sus propios viáticos); y Alberto Ospina, Embajador de la República de Colombia ante la Santa Sede.
Entre los mandatarios confirmados están el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su esposa Melania; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y su esposa Janja; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa; el presidente de Francia Emmanuel Macron que viajará con el ministro de Relaciones Exteriores Jean Noël Barrot y el ministro del Interior Bruno Retailleau; el príncipe William (en representación del rey Carlos III) y el primer ministro Keir Starmer y el príncipe Alberto II de Mónaco y su esposa Charlène.
Tras una hora y media de misa, según los horarios que compartió el Vaticano, se dará inicio al cortejo fúnebre que recorrerá las calles de Roma hasta su última morada. El féretro parte hacia la basílica de Santa María la Mayor y será visible para el público agolpado tras barreras metálicas a lo largo del recorrido. Pantallas gigantes retransmiten su avance.
Durante unos 30 minutos, la procesión recorre a paso lento durante unos cuatro kilómetros las calles de Roma y pasará por delante de sitios emblemáticos como los foros imperiales y el Coliseo. Se calcula que cerca de 200.000 personas buscarán despedirse del pontífice.
Los restos mortales de Jorge Mario Bergoglio llegarán a Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma. Un grupo de personas desfavorecidas lo acogerán como símbolo de su pontificado.
El cardenal camarlengo Kevin Farrell presidirá la inhumación, que será en privado.
Detalles de la tumba del Papa Francisco
La tumba de Francisco fue hecha a imagen de la sencillez que pregonó en sus 12 años de pontificado: de mármol y con “Franciscus” como única inscripción. Una reproducción de la cruz pectoral que llevaba el papa en vida acompañará el conjunto.
La basílica de Santa María la Mayor, donde reposará esta sepultura, es una imponente iglesia del siglo V que está en pleno corazón de Roma y Francisco solía ir a rezar a este templo la víspera de sus viajes al extranjero o a su regreso.
La sepultura estará situada en una nave lateral de la basílica, cerca del altar de San Francisco.
Francisco descartó ser inhumado en la cripta de la basílica de San Pedro, como suele ocurrir desde hace más de tres siglos, aunque con algunas excepciones.
Otros siete pontífices están también enterrados en Santa María la Mayor, el último Clemente IX, en 1669.
También personajes famosos como el arquitecto y escultor Bernini.
El papa explicó al vaticanista español Javier Martínez-Brocal que la sepultura era “un cuarto que usaban para guardar los candelabros”, ubicado cerca de la escultura de la Reina de la Paz.
“Lo vi y pensé: ‘ese es el lugar’”, dijo el pontífice muy apegado al culto de la Virgen María y en especial al Salus Populi Romani, un icono atribuido a San Lucas que representa a la Virgen con el niño Jesús en sus brazos.
Puede leer: Así es Santa María la Mayor, el refugio de oración del papa Francisco que se convertirá en su sepulcro
La tradición cuenta que el apóstol usó un trozo de madera de la mesa que se utilizó en la Última Cena o de alguna construida por Jesús que María conservó tras su crucifixión.
Este lugar, desde ya, se convertirá en uno de visita y peregrinación. Los fieles podrán visitar la tumba a partir de mañana domingo, aunque durante esta semana la fila de visitantes ya era larga para conocer el espacio de la tumba de Francisco.
En Santa María la Mayor se encuentran otras importantes reliquias del catolicismo como supuestos fragmentos de madera procedentes de la cuna del niño Jesús, conservados en un relicario de cristal de roca en forma de cuna.
La iglesia fue construida hacia el año 432 a petición del papa Sixto III en la colina del Esquilino.
Un templo le antecedió, financiado por el rico patricio romano Giovanni, supuestamente después de una aparición de la Virgen a él y al papa Liberio (352-366) que pidió la construcción de una iglesia.
El lugar lo señaló supuestamente la Virgen con una nevada el 5 de agosto. Ese fue el lugar, con tanta historia, elegido por Francisco para ser enterrado.
Cuando pasen hoy todas las ceremonias esa orfandad, de la que tanto hablan los fieles tras la muerte de Francisco, se sentirá en Roma y sus alrededores. Y el tiempo, que siempre llega a dar alivio, avanzará hasta el 6 de mayo, fecha en la que por el protocolo eclesiástico debería comenzar el cónclave para que la figura de un nuevo papa emerja tras el humo blanco.
Eso sí, Francisco, el papa 266 en la historia, será recordado en el corazón de la Iglesia y de toda la humanidad.