La última vez que Jhoan Blanco habló con su hermana Laura Camila Blanco fue el viernes en la noche; recuerda las risas, recuerda que le preguntó cómo se sentía y qué estaba haciendo. “Ella era una mujer excepcional y detallista, siempre se preocupaba por nosotros y nos visitaba”, recordó en diálogo con EL COLOMBIANO.
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Jhoan no sabía que aquella llamada sería la última: ese mismo domingo 27 de julio, Cecilia Osorio, la madre de ambos, recibió la llamada que cualquier madre teme: la Policía le dijo que su hija había caído de un noveno piso, comprometiendo su estado de salud.
Horas después del aviso de las autoridades, Laura falleció debido a la complejidad de sus heridas. Cecilia y Jhoan sintieron el vacío: siempre estaban los tres, “para arriba y para abajo”, dijo su hermano, y necesitaban respuestas.
¿Qué ocurrió en el barrio Salitre de Bogotá?
El 26 de julio, Laura Blanco organizó una reunión para celebrar el grado de su novio, Óscar Santiago Gómez; una relación que ni Cecilia ni Jhoan aceptaban por completo.
De hecho, esa era la razón por la que Laura no vivía en casa con su familia, sino en un apartamento en el barrio Salitre, de Bogotá: Óscar tenía prohibido entrar a la casa de Cecilia.
La medida la puso ella misma, cuando su dolor y olfato materno le dijeron que algo no andaba bien. Antes de que Laura se fuera de la casa, todos notaron cosas extrañas. “Ellos tenían una relación inestable, fueron dos años yendo y viniendo. Pero no era culpa de ella, sino de él”, contó el hermano de la joven.
La razón por la que terminaron varias veces recae en los conflictos que tenían como pareja. “Óscar era celoso, agresivo y grosero cuando estaba tomado. Era humillante: buscaba pordebajear a mi hermana con sus palabras”, narró Blanco, quien añadió que cada vez que discutían, su hermana intentaba rehacer su vida, pero él volvía.
“Le dimos todo el apoyo, la aconsejamos. Al final él se le acercaba por motivos laborales, porque trabajaban en la misma empresa. Así fue que volvieron y se fueron a vivir juntos”, contó Jhoan.
La noche del grado de Óscar, Laura, sus amigos y él regresaron al apartamento que compartía la pareja. Según lo que cuentan los testigos, Óscar estaba en aparente estado de alicoramiento, y entró con Laura a la habitación. Allí discutieron.
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“No sabemos por qué discutieron, nadie nos dijo nada ni hicieron nada esa noche”, dice Jhoan. Luego de esa discusión, Laura cayó al vacío. Óscar intentó huir, pero los vecinos y compañeros de Laura lo detuvieron.
La versión que le dio a la Policía, según explican los testigos y familiares, no tenía ningún sentido. Solo repetía que ella se había lanzado.
Luego de su muerte, en la mente de la familia de la joven de 26 años solo resonaban las palabras del terapeuta de pareja que atendía a ambos: “En terapia dijeron que Óscar era un celópata, y que si querían una relación, él debía tratarse”.
Recordaron las veces en las que, mientras Laura dormía, Óscar le revisaba el celular: mensajes, redes sociales y transferencias. Cada detalle los convencía de que la muerte de su allegada es un presunto feminicidio, no un suicidio.
La batalla judicial: autoridades no creen en la teoría de un feminicidio
Jhoan se ha encargado de todo tras la muerte de su hermana. Nos contó su historia con voz firme y calmada, antes de irse a la sala de velación a seguir apoyando a su madre.
Antes de irse, aseguró que no hay capturados, porque la investigación está en curso, y las autoridades no creen que se trate de un feminicidio. Tampoco saben dónde está Óscar Gómez.