Una niña de dos años que se encontraba con una familia de acogida en Estados Unidos tras la deportación de su madre a Venezuela, ha regresado a la capital, Caracas, donde fue recibida por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Maduro agradeció a su homólogo estadounidense, Donald Trump, así como al enviado especial del magnate, Richard Grenell, las gestiones pertinentes para traer de vuelta a la menor, llamada Maikelys Espinoza, durante un acto en el Palacio de Miraflores.
“Esta victoria humana de tener esta niña hermosa entre nosotros le pertenece a todo el pueblo de Venezuela, pero sobre todo a las madres y a las abuelas”, subrayó junto a su esposa, Cilia Flores, y en presencia del fiscal general, Tarek William Saab.
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El ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, había acusado anteriormente a Estados Unidos de secuestrar a la menor y contravenir “las normas internacionales”, muy especialmente la Declaración de los Derechos del Niño y la Carta de Naciones Unidas.
Sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) había defendido que había sido separada de sus progenitores como medida de protección y aseguró que tanto la madre como el padre formaban parte del grupo delictivo Tren de Aragua.
“A pesar de las afirmaciones del gobierno venezolano de que Estados Unidos “secuestró” a una niña, la verdad es que el DHS tomó medidas porque ambos padres son parte del Tren De Aragua”, había aseverado el DHS el pasado 9 de mayo.