Los medios estaban citados en la mañana de ayer miércoles al Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería, a una rueda de prensa en apariencia como cualquiera otra: la ministra de relaciones exteriores, Laura Sarabia, recibió a representantes de la Alianza del Pacífico e iba a exponer los logros alcanzados. Pero realmente fue la antesala planeada para la segunda diligencia en la Fiscalía en la que la canciller declaró contra su otrora mentor y ahora enemigo declarado, el poderoso ministro del Interior Armando Benedetti.
La puesta en escena de la declaración conjunta tuvo como fondo las escaleras cubiertas de tapete rojo, los logos y bandera de la Alianza del Pacífico, los atriles sobrios de madera y dos mujeres ubicadas estratégicamente junto a columnas del lado de periodistas y sus camarógrafos; las dos mujeres –que no son funcionarias de la Cancillería sino parte de su equipo jurídico– llevaban carpetas estilo folio con una hoja impresa en su portada. “Caso penal contra Armando Benedetti. Violencia contra la mujer y otros delitos. Folder 3 de 7. Enriquecimiento ilícito-patrón de comportamiento”, decía una. La otra, captada por los reporteros mientras hablaba la canciller, tenía casi la misma información solo que era el “folder 5 de 7” y el título “violencia autoridades españolas- patrón de comportamiento criminal”.
Poco importó el acuerdo con la Alianza de Pacífico porque los periodistas le preguntaron, como calculaba la canciller y su equipo, sobre la diligencia de la mañana en la Fiscalía que “va en coherencia a denuncias de 2023, a que siempre he dado cuentas de lo que es de mi conocimiento y competencia y no dejaré de hacerlo”. También dijo que “la defensa del buen nombre no es un acto de vanidad, es un acto de justicia” y mencionó que, después de asistir al funeral del papa Francisco, recordó que “él decía que no podíamos callar cuando se trata de defender lo que es justo”. Incluso, habló del presidente Petro: “estoy agradecido con él porque me ha enseñado a que uno no puede callar ante la injusticia y que me ha apoyado y jamás me ha pedido ir en contra de la verdad y de la justicia (...) ser parte del Gobierno no significa que deba abandonar para proteger mis derechos y que haya renunciado a ejercer los mismos y a rendir declaraciones o a presentarme ante las autoridades competentes”, concluyó.
Evidentemente se trató de una performance planeado y los títulos de las portadas de las carpetas anticiparon los temas que habló y hablará la canciller en la Fiscalía en contra de su exjefe y actual compañero de gabinete. Por ejemplo, ya no solo se trataría de un caso de presunta violencia de género –como lo escuchó el país con los audios en las que él la maltrató con graves calificativos– sino del caso de presunto maltrato de Benedetti contra su esposa, Adelina Guerrero Covo, cuando este era embajador ante la FAO y estaba de visita en Madrid. ¿Qué sabe Sarabia sobre ese episodio?
La otra carpeta dice “tráfico de influencias”, sin que se sepa aún si Sarabia aportará información relacionada con lo que sabe de Benedetti antes de 2022 cuando ella era su asistente en la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) o después, cuando inició su crecimiento profesional exponencial convirtiéndose en jefe de gabinete y directora del Dapre. Las autoridades serán las que determinen el valor de la información y si inician otras líneas de investigación en contra del ministro. Pero lo cierto es que Sarabia está dispuesta a ir hasta el final y así lo demostró este miércoles en la cita con la Fiscalía.
“No se dejará intimidar”
Mientras Sarabia se dirigía a la diligencia, luego de la rueda de prensa, el ministro Benedetti asistía a un foro del Grupo Prisa y a la salida fue abordado por periodistas que le insistieron en dos ocasiones para que respondiera qué pensaba sobre las carpetas y los nuevos aportes anunciados en el proceso. “Dice que va a entregar más audios suyos a la Fiscalía”, le dijo un reportero. “Incluso una carpeta con pruebas”, agregó otro. La respuesta de Benedetti, también como performance, fue preguntar “¿Quién es Laura?” y ponerse una mano sobre su boca y alzar las cejas. Luego se movió mirando a todos los periodistas y levantó la otra mano poniéndola sobre la que ya estaba en su rostro. Una actitud excepcional en Benedetti, que se caracteriza por lo contrario: acude a groserías y epítetos –“su mayor virtud es que es loco”, dijo Petro en el primer Consejo de Ministros televisado– y no se guarda nada. La última vez que se refirió a Sarabia, de hecho, dijo que no sabía nada de ella “desde que dejó de ser mi secretaria”.
La diligencia de Sarabia duró más de dos horas. Según un comunicado de su equipo jurídico, leído por una de sus abogadas, “Sarabia actúa como víctima de violencia de género” de Benedetti en un caso presentado en agosto de 2023 –cuando ambos estaban por fuera del Gobierno–. “Este caso refleja un patrón sistemático de violencia que enfrentan muchas mujeres en Colombia sin importar su condición social o económica. La Fiscalía ha programado no solo esta sino varias sesiones para abordar la magnitud y complejidad de los hechos”, decía el comunicado.
También anuncian que fue convocado el grupo de trabajo de violencia de género de la Fiscalía. “En estas sesiones que continúan se van a presentar líneas de tiempo, audios, documentos y mensajes que sustentan la denuncia inicial, reiteran la reincidencia de este tipo de denuncias y también se van a acreditar todas las campañas de descrédito que ha sufrido la canciller”, agrega.
La canciller revisó cada palabra de ese comunicado y, según una fuente de su entorno, pidió agregar que “como muestra de transparencia, la canciller Sarabia, que no tiene nada que ocultar, ha puesto a disposición de la Fiscalía su historial patrimonial, fiscal y bancario. Así como su trayectoria en los últimos diez años de servicio profesional. No se dejará intimidar, defenderá la verdad, su dignidad y la institucionalidad. Esa es su única agenda”.
¿Y el presidente Petro?
Este tercer round de la pelea entre Sarabia y Benedetti sigue haciendo ruido en el Gobierno y sobre todo en el presidente Petro. Las noticias de su agenda diaria pasan desapercibidas y los titulares los ocupan la pareja de funcionarios por las que el presidente se inmoló hace unas semanas acudiendo a la figura de las segundas oportunidades e invitando a sus aliados históricos a no ser sectarios. Pero ese rasero puede tener un límite. Es decir, que no está claro a la fecha si Sarabia va a seguir hasta agosto de 2026 cuando acaba el Gobierno. En cambio Benedetti, que cada vez adquiere más poder, es protagonista de las grandes apuestas del Ejecutivo como la consulta popular y las reformas en el Congreso, por no decir que es el cerebro detrás de la estrategia política para el año electoral que viene.
Sarabia, en cambio, ha perdido poder al no estar con Petro en Casa de Nariño, pero también en la propia Cancillería. Benedetti ha sabido mover sus fichas y se le ha visto liderando encuentros con autoridades de China, Estados Unidos y la Unión Europea, que deberían ser del resorte de la canciller.
Lo cierto es que este episodio no terminará pronto pues seguirán los ataques cruzados. Tanto Sarabia como Benedetti conocen y ejercen “El arte de la guerra” de Sun Tzu. Antes como equipo y ahora como enemigos. “Si el enemigo está seguro en todos los puntos, prepárate para su ataque. Si tiene una fuerza superior, evítalo”, dice una de las frases. No parecen querer evitarse.