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Crónica de una sentencia: los detalles de la audiencia en la que Uribe resultó condenado

Durante las 10 horas del juicio, el expresidente se notó incómodo. Tomaba nota, movía su cabeza, como negando cada afirmación de la jueza. Tomaba bocanadas de aire. Exhalaba. Fue el primero en abandonar la audiencia cuando se conoció la decisión del sentido del fallo.

  • La Fiscalía pidió nueve años en prisión como pena para el expresidente Álvaro Uribe por los delitos de fraude procesal y soborno a testigos. El 1 de agosto se conocerá la sentencia completa. FOTO COLPRENSA
    La Fiscalía pidió nueve años en prisión como pena para el expresidente Álvaro Uribe por los delitos de fraude procesal y soborno a testigos. El 1 de agosto se conocerá la sentencia completa. FOTO COLPRENSA
hace 24 minutos
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El expresidente Álvaro Uribe fue el primero en abandonar la audiencia en la que terminó condenado por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.

Apagó su cámara a las 7:23 de la noche de este lunes 28 de julio. Con ese gesto, cerró un capítulo que marcará su vida personal y, de paso, la historia política y judicial en Colombia.

El rostro del político se desdibujaba con cada argumento que exponía en su contra la jueza Sandra Liliana Heredia. Durante 10 horas tomó nota, frunció el ceño y moduló para sí mismo. Respiraba hondo.

El hombre de 73 años se puso un traje azul y decidió recibir la decisión de la justicia desde su casa en Rionegro, en el Oriente de Antioquia. Estaba acompañado de su esposa Lina Moreno y de sus hijos Tomás y Jerónimo Uribe.

En los juzgados de Paloquemao, en Bogotá, la jueza trataba de resumir las 1.000 páginas que componen la sentencia. Afuera, el termómetro era de confrontación: simpatizantes y detractores pasaron de la discusión a los golpes. La Policía los tuvo que separar.

La entrada de la jueza

“A usted, ciudadano Álvaro Uribe Vélez, le reconocemos su respeto por la justicia, a pesar de los cargos que ha ostentado y de estar sentado en la silla más difícil. Le reconozco su gallardía. Hoy el poder judicial existe para recordar que nadie está por encima de la ley”.

Con esa frase, pronunciada apenas iniciaba la audiencia, la jueza no solo dio la bienvenida al expresidente, también anunció —sin decirlo— el rumbo de su sentencia.

La togada se dedicó a desmontar las pruebas y los argumentos que llevó el penalista Jaime Granados —defensor del expresidente— a este juicio.

Para ella, quedó probado que Uribe Vélez no fue víctima de un complot judicial —como él mismo sostuvo— , sino que fue el determinador de una red que intentó manipular testigos a su favor y, de paso, perjudicar al senador Iván Cepeda.

Legitimó pruebas que resultaron polémicas por la forma en que fueron obtenidas. Para ella, fueron válidas las grabaciones hechas con un reloj espía y las 118 chuzadas que, por error, le hizo la Corte Suprema al expresidente.

“No procede la exclusión de las interceptaciones en tanto las conversaciones apuntaban a la posible configuración de una conducta delictiva”, argumentó la juez.

El reloj de la discordia

El 22 de febrero de 2018, en la cárcel La Picota de Bogotá, Juan Guillermo Monsalve grabó –con un reloj espía– una conversación con el abogado Diego Cadena y el preso Enrique Pardo Hasche. Esa grabación fue aportada por la Fiscalía como aparente prueba de la manipulación de testigos.

La defensa de Uribe afirmó que el ángulo en el que se grabó la conversación no puede verse quiénes participaron de la reunión, añadió que el archivo fue editado, que hay ruido de alto nivel y que las herramientas tecnológicas usadas por los peritos concluyeron que el archivo original fue alterado. La juez determinó lo contrario.

Para el despacho, la grabación con el reloj es cierta y “existe convencimiento de los presentes” en esa sala. Añadió que no se requiere de estudiar muchas horas de grabación, sino de evaluar las pruebas que están relacionados con ella, como el testimonio de Juan Guillermo Monsalve, denominado testigo estrella.

“Si bien el perito cuestionó la extracción de la información de los relojes, esto no es suficiente para negar la idoneidad del archivo original, entregado a la Corte y presentado en el juicio oral”, expresó Heredia.

Así descartó la petición de la defensa de excluir los relojes espías como prueba. “En conclusión, el despacho descarta la petición de la defensa de negarle fiabilidad a la grabación”, apuntó.

El regaño a Cabal y el respaldo a Monsalve

La juez empezó a lagrimear, los ojos le fastidiaban por tener la mirada fija en el fallo. La saliva también parecía escasa y las palabras se le pegaban. El sonido de un celular en la sala la desconcentró: era de la senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático.

“Le pido que, si asistió a este acto solemne, preste atención, por favor”, dijo la juez mirando de frente a la congresista. Después del jalón de orejas, procedió a concederle la credibilidad a una ficha clave dentro del proceso: Juan GuillermoMonsalve. Afirmó que el reo se ha mostrado coherente y comprometido con el procedimiento, pese al rechazo de su familia, amigos y compañeros de prisión.

Advirtió que, no en vano, el recluso se mostraba tímido, temeroso y penumbroso. “Estaba enfrentando una persona que desde niño le enseñaron a obedecer, hermano de su patrón (Santiago Uribe en la hacienda Guacharacas) y un hombre que se convirtió en concejal y después en alguien que es reconocido como uno de los políticos más poderosos del país”, dijo la juez

La togada aseguró que, por eso, recurrió a los relojes espías para validar su testimonio. Incluso, justificó las “pachangas” del preso al interior de su celda y responsabilizó al Inpec.

De otro lado, desestimó la credibilidad y la importancia de los aportes de varios testigos llevados al juicio por la defensa de Uribe: lo hizo con Wilser Darío Molina, alcalde de Amagá; Vicky Jaramillo, exasesora del expresidente, y Giovanny Alberto Cadavid, exparamilitar del Bloque Metro de las AUC.

“El acusado conocía del plan que se maquinaba: emboscar a Monsalve”, fue la frase que marcó el sentido del fallo. Para la juez, las movidas criminales del abogado Diego Cadena en las prisiones eran conocidas plenamente por el expresidente.

Uribe apagó su cámara y el juzgado enfocó al senador Iván Cepeda, víctima acreditada en este caso. Permanecía sereno, tomaba nota. Ganó el primer round de una puja judicial que lleva 14 años.

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